Alexia

El documental es ágil, con buenas soluciones técnicas, con un uso inteligente de testimonios breves (familiares, profesores, la "tata", médicos, capellanes…) y con explotación tenaz del material audiovisual de archivo. No era fácil afrontar un documental sobre una niña corriente desaparecida antes de la revolución digital. Los testimonios audiovisuales eran escasos y en super8, y siempre domésticos. Sin embargo, el resultado es brillante, con elementos de animación muy buenos y divertidos, que dan un punto de humor a una historia que inevitablemente tiene tintes dramáticos.
En este momento el cine nos está ofreciendo muchas películas de ficción sobre el sufrimiento de los niños enfermos de cáncer. Basta citar Cartas a Dios, El vuelo del tren o Vivir para siempre… Alexia ofrece una esperanzada perspectiva sobre ese asunto tan dramático y la protagonista responde también de forma sencilla y fresca desde la luminosidad de su fe y su confianza en Dios.