ALBA, Irán y Bolivia
En palabras del presidente Morales, la escuela tendrá como función esencial la investigación académica, la formación de los recursos humanos de la Fuerzas Armadas de los países del ALBA, la producción doctrinaria y la creación de una identidad estratégica regional. Igualmente, tendrá la tarea de construir las bases revolucionarias de una Fuerzas Armadas del ALBA. Adicionalmente, María Cecilia Chacón, ministra de Defensa de Bolivia, declaró unos días después que indígenas y campesinos también podrán formarse en esta Escuela Militar.
Varios puntos para preocuparse. Primero la constante reiteración en los discursos del presidente Morales sobre la creación de unas Fuerzas Militares del ALBA, lo que, sumado a las disposiciones del convenio de cooperación militar entre Bolivia y Venezuela, implica un claro sometimiento de la soberanía nacional al Gobierno de Chávez. Segundo, la decisión de formar indígenas y campesinos en la escuela devela una clara intención de organizar grupos de civiles armados afines al partido de gobierno, similares a las fuerzas paramilitares que ha organizado Chávez. Por último, el que Irán vaya a tener una participación destacada en la formación que se impartirá en esta escuela, nos lleva a cuestionar el sentido de esta vinculación con un Estado acusado por la comunidad internacional de promover el terrorismo.
Por el contrario, ninguno de los objetivos de la Escuela del ALBA coincide con las verdaderas necesidades de nuestras sociedades, que en lugar de pensar en guerras internacionales, sufre día a día el drama de la inseguridad ciudadana causada por la delincuencia y el narcotráfico.
No es casualidad que el tema principal de la Asamblea General de la OEA que se realiza esta semana, sea justamente el de la Seguridad Ciudadana, afectada principalmente por el terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de las drogas, el blanqueo de activos, el tráfico de armas y las conexiones entre ellos, según su proyecto de declaración.
Por esto, propongo que cerremos la Escuela Militar del ALBA y en sus instalaciones creemos una Escuela Internacional contra el Crimen y el Narcotráfico, y que en lugar de recibir asesoramiento de Chávez e Irán, nos aliemos con las Naciones Unidas, la OEA, la Unión Europea y hermanos latinoamericanos como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y el Perú, para defender la paz social y nuestra soberanía de su verdadera y gran amenaza, la invasión de las mafias internacionales y el narcotráfico.