Aborto. Mentiras y más mentiras

Sólo si participa usted de la visión irreal de las cosas del Sr. Zapatero, o si fue uno de los volun-tarios y felices consumidores de ‘soma' -¡ojalá su efecto fuera tan efímero como el del famoso ‘Referéndum Plus' del Sr. Moratinos, que nos hizo hacer uno de los múltiples y frecuentes ridículos a los que nos han acostumbrado nuestros gobernantes en estos últimos tiempos!- de la reunión de gente políticamente correcta, ideológicamente monolítica, afiliada al pensamiento único, intolerante con los que creen en algo o piensan de forma distinta a ellos, exponente máximo de la ideología burguesa dominante en nuestra sociedad, del pasado fin de semana, podrá Vd. negar la evidencia: crisis económica, vergonzosa política exterior, fracaso en política sobre -decir ‘contra' sería inexacto por excesivo- el terrorismo, negación en la práctica de la división de poderes (¿recuerdan Vds. el "Montesquieu ha muerto"?), manipulación del lenguaje -releer a Orwell y a Huxley nos ayudará a entender mucho mejor la política que padecemos-, intolerancia con los sentimientos religiosos y recorte de libertades públicas -¡aunque ellos lo llamen amplia-ción de derechos!-.

Dicho, alto y claro, todo lo anterior, podrá parecerles una contradicción que me muestre total y radicalmente a favor de la enmienda aprobada por la Comisión de "Nuevas políticas e instituciones para una sociedad en igualdad" en el citado congreso para "mejorar" la legislación sobre el aborto: "Consideramos que es necesaria la revisión y actualización de la legislación sobre el aborto, tras 23 años de su entrada en vigor, por los profundos cambios sociales y médico-científicos que han tenido lugar durante esta etapa y los avances logrados en materia de los derechos de las mujeres". A pesar de la costumbre inmoderada de mentir que tienen, no se pueden decir más verdades en menos palabras. Me explico.

Es verdad que es necesario mejorar la legislación sobre el aborto: la que tenemos es pésima, obsoleta, mentirosa, insolidaria y, además, incumplida. Es verdad que ha habido profun-dos cambios sociales: la conciencia de la necesidad de defender la vida -"toda la vida y la vida de todos"- ha crecido en nuestra sociedad; los ciudadanos de a pie, la sociedad civil, cada vez nos callamos menos ante las tropelías y mentiras de los gobernantes; cada vez son más los que se están pasando al bando de la defensa de la vida desde las filas de los defensores de la cultura de la muerte -valga como botón de muestra el caso del Doctor B. Nathanson, llamado el "rey del aborto"-. Es verdad que ha habido profundos cambios médico-científicos: excepto para los ideológica, hedonista y económicamente recalcitrantes, cada vez hay más evidencias científicas, médicas y biológicas de que la vida -vida humana, vida con carga genética diferenciada de la de los progenitores- comienza en el momento de la concepción y no a partir de los 14 días, las 15 o las 20 o las 24 semanas; cada vez la ciencia es capaz de ‘sacar adelante' a fetos con menor tiempo de gestación (véase, como ejemplo ilustrativo, el caso de Amillia Taylor -22 semanas de gesta-ción, 284 gramos de peso y 24,1 cm. de longitud-). Por último, es verdad que ha habido avances en materia de los derechos de las mujeres, ciertamente no todo lo que hubiera sido justo: la inicia-tiva REDMADRE, entre otras muchas civiles y de la Iglesia, está luchando para ampliar los dere-chos de las mujeres embarazadas: derecho a la protección social, derechos asistenciales, derecho a información veraz sobre las consecuencias reales, físicas y psicológicas -síndrome post-aborto- (al respecto es muy interesante el reciente pronunciamiento del Real Colegio de Psiquiatras de Gran Bretaña sobre la necesidad de mejorar la información que se da a las mujeres que se plantean recu-rrir al aborto), derecho a la libertad de elección sin coacciones.

A la vista de todo lo anterior, dando por supuesta su coherencia habitual, me permito sugerirles, rogarles si es preciso, que mejoren la legislación vigente sobre el aborto en sentido parecido a la propuesta de moratoria sobre el aborto que se está presentando ante la O.N.U. gracias a la iniciativa del ex-comunista Giuliano Ferrara. Me permito sugerirles la siguiente redacción: "Ley de reforma de la legislación española sobre el aborto. Artículo único: Teniendo presente que todos los seres humanos tenemos derecho a la vida, en virtud de nuestra común dignidad y naturaleza, de conformidad con lo reconocido por la Declaración Universal de Derechos Humanos y por la Constitución Española; vistos los recientes avances científico-médicos; teniendo presente el deseo de nuestra Nación de crear una sociedad avanzada, progresista, democrática y moderna, que no caiga en los errores y defectos en los que cayeron pasadas sociedades; considerando que la vida es un bien jurídico que debe ser protegido por el Estado, especialmente la de aquellos seres que comparten con nosotros el cien por cien de identidad genética, superando incluso a las ratas, cerdos, moscas o grandes simios; declaramos que la vida de todo ser humano debe ser protegida desde el momento de su concepción hasta su muerte natural por encima de cualesquiera otros intereses económicos, políticos, ideológicos, indivi-duales o colectivos, pues nadie tiene derecho a disponer de la vida de otro ser humano. Las Admi-nistraciones Públicas -estatales, autonómicas y locales- velarán por el estricto cumplimiento de esta norma, evitando, especialmente, como en épocas pasadas, el fraude de ley".

Dado que dicen Vds. que su Gobierno pretende la ampliación de derechos de ciudadanía, ¡qué mejor que ampliar el derecho que posibilita el ejercicio de todos los demás derechos: el derecho a la vida! Resulta llamativo, y revelador a un tiempo, que, los que niegan el derecho a la objeción de conciencia contra Educación para la Ciudadanía -engendro totalitario y adoctrinador- porque no está reconocido expresamente en ninguna norma, hablen de "derecho" al aborto. El aborto no es, no puede ser desde un punto de vista humano y humanitario, un derecho: es una situación concreta ‘despenalizada' desde 1985 que ha ocasionado la eliminación de cientos de miles de seres humanos no nacidos. Es evidente que no todo lo legal es moral. Ha habido muchas situaciones en la historia de la Humanidad que, consideradas en su momento como normales e, incluso, justas y necesarias, hoy en día son deploradas y execradas: tortura, esclavitud, pena de muerte, abandono de niños, explotación sexual. Esperemos que, mucho más temprano que tarde, la aceptación social del aborto sea considerada por la inmensa mayoría de nuestra sociedad como una de las más negras etapas de la Historia, felizmente superada.

Vicente Agustín Morro López es secretario de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos (FCAPA-Valencia)