Lorca rescatado
Hay ciertas obras que te dejan clavado en la butaca del teatro con la impresión de haber sido testigo de algo que es mucho más grande que tú. ¡Qué grande Lorca, sus Bodas de Sangre y la Compañía Tejido Abierto! Parece que el nombre de este grupo teatral refleja lo que han conseguido con la obra del de Granada. Han rasgado de par en par la piel, el tejido que protege y guarda la esencia de esta tragedia y muestran un corazón apuñalado, enamorado, deshonrado, herido por la pasión, una humanidad que llora, baila, canta, sueña, se venga… Y testigo de todo esto es el tiempo, el calor, el frío, la luna…
La adaptación que Tejido Abierto ha hecho de la obra de Lorca es digna de aplauso. 1941.Bodas de Sangre es teatro sobre teatro. En un pueblecito del sur de España, un grupo ensaya clandestinamente esta tragedia. El frío que paraliza se cuela en el lugar de ensayo, es el alma de una España en luto por la pérdida de tantos hijos, es el alma de una madre y una esposa que pierden a lo más querido. Esto choca con el calor de Bodas de Sangre; calor que sofoca, agobia, molesta, hiere. Dos climas opuestos, dos bandos políticos, dos familias enfrentadas, la vida y la muerte, el amor y la pasión, la condición humana que conoce el bien pero realiza el mal, que desea el amor pero se deja arrastrar por la pasión… El personaje de la Novia encierra este misterio:
“Yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío,y el otro me mandaba cientos de pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!; Yo no quería.”
¿Quién puede escapar de esta experiencia? Uno contempla sobre el escenario un sufrimiento que purifica.
Bodas de Sangre es el misterio de la Vida, la grandeza y bajeza del hombre, la alegría que desborda y la tragedia que paraliza y mata, poco a poco, a los que viven. Todo esto bajo la mirada del tiempo, de la luna, del río, del bosque que, observadores del drama, hacen que la vida continúe como si no pasara nada.
“Giraba,
giraba la rueda
y el agua pasaba.”
Como cuando se acaba de representar una tragedia, y el actor, después de haber encarnado una historia que toca el alma, vuelve a su quehacer como si no hubiera sucedido nada. ´Giraba la rueda y el agua pasaba…”.
Teatro, poesía, cante y baile flamenco, simbolismo, Lorca realmente comprendido, grandes actores, exquisita puesta en escena, sencillez que llena el escenario, pero sobretodo arte, mucho arte. ¡Gracias!
(hasta el 12 de enero de 2014 en el Teatro Valle-Inclán)
@Chema_Alejos
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