Generosa, inteligente y eficaz

España · Ignacio Valero
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6 octubre 2013
A pesar de lo imperceptible del tema, la prensa se ha hecho eco estos días de las palabras de  Mariano Rajoy el pasado 24 de septiembre en la Asamblea de NNUU: “a medida que la economía española está volviendo a crecer, volveremos a apoyar estos esfuerzos con una inversión en cooperación al desarrollo generosa, inteligente y eficaz”.

A pesar de lo imperceptible del tema, la prensa se ha hecho eco estos días de las palabras de Mariano Rajoy el pasado 24 de septiembre en la Asamblea de NNUU: “a medida que la economía española está volviendo a crecer, volveremos a apoyar estos esfuerzos con una inversión en cooperación al desarrollo generosa, inteligente y eficaz”.

Tal vez, trataba de anticiparse a las críticas por la nueva bajada del presupuesto de Cooperación, donde su principal instrumento, la Agencia Española de Cooperación Internacional, dispondrá de 241 millones, un 9,4% menos que en 2013, cuando experimentó una rebaja del 33%.

La pregunta que se hace el sector de cooperación es: ¿cómo plantearnos el trabajo de aquí en adelante?

El protagonista hasta ahora ha sido don dinero, sin embargo, hay mucho en juego y España, parece contribuir generosamente a ello.

Entre 2004 y 2009 la cooperación española aumentó sus recursos hasta llegar al 0,46% del PIB, más de cuatro mil millones de euros. Sin embargo, el incremento de fondos no se vio acompañado de una adecuación de recursos humanos y capacidades, ni se elaboró ninguna planificación en el uso de tales fondos, como demuestra el número de países receptores, que llegó a ser de 60, o como las contribuciones a organismos multilaterales, superaron el centenar, con aportaciones a más de 700 programas distintos.

En el contexto actual, marcado por el cumplimiento de déficit fijado por la UE, todas las partidas del Gobierno han visto mermados sus presupuestos, lo que afortunadamente no ha detenido la cooperación: se ha elaborado un nuevo Plan Director, aplicando criterios de concentración geográfica, la Cooperación se centra en la gobernabilidad democrática, la seguridad alimentaria, la protección social, y los derechos de las mujeres. Los países beneficiarios han quedado en 23, y en el ámbito multilateral se lideran consultas globales, grupos de trabajo de NNUU sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se revisan acuerdos con distintas agencias, o se establece una plataforma logística humanitaria en Canarias con NNUU.

Y frente a todo pronostico, la Agencia española mantiene las convocatorias de subvenciones a ONGD, paga celosamente las últimas anualidades, y además saca otras dos.

El sector tiene claro que pese a los recortes, la cooperación española debe apostar por una cooperación más moderna, que permita la redición de cuentas y aprender de los errores, incrementando los presupuestos cuando sea posible. Sólo esto puede hacer que España no quede indiferente ante las tragedias que presenciamos a diario en todo el mundo y sigua apostando por una cooperación eficaz.

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