Eva
Esta película, de estética marcadamente retrofuturista, juega con dos tramas diferentes: la científico-futurista, lo mejor del film, y la trama sentimental, mucho más convencional. De fondo, el clásico problema filosófico de cualquier película de robots que se precie: ¿hasta dónde llega la mera máquina y dónde empieza a ser un humano? A Frankenstein le humanizaba su deseo de amar y ser amado; a los replicantes de Blade Runner lo hacía sus anhelos de eternidad; al niño de Inteligencia Artificial le humanizaba su búsqueda de una madre; a los robots de Eva son sólo sus emociones. En este sentido, este film no llega tan lejos como sus principales predecesoras.
La película cuenta con un reparto interesante encabezado Daniel Brühl y una cada vez más convincente Marta Etura. La gran revelación es la niña Claudia Vega, y el polifacético Lluis Homar haciendo de Robot. Los andamios del film están muy bien puestos, y aunque es una cinta que apenas emociona, cautiva su pulcritud y lo conseguido de sus diseños digitales. Sin duda es una alegría que en España se hagan películas como esta.