`Mini reforma de la Admnistración`

¿Cuál es la valoración que hace de la reforma de la Administración que aprueba este viernes el Gobierno?
Se trata de una mini-reforma: el ahorro es mínimo, en muchos casos cosmético. El plan básicamente consiste en suprimir algunas empresas públicas, fundaciones y organismos autonómicos, además de vender inmuebles del Estado y reducir coches oficiales. En buena medida se trata de recomendaciones a las autoridades autonómicas. No se aborda el problema central de las Administraciones públicas que es, sin duda, la invención hace 35 años de las denominadas “Comunidades Autónomas”. Aquí es donde radica verdaderamente el problema, mucho más que en la Administración Local de Ayuntamientos y Diputaciones, entidades que ejercen la necesaria autonomía local y que preexisten a la actual Constitución de 1978.
Se insiste en la racionalización de la Administración central. ¿Es suficiente?
Se creó un nuevo nivel de Administración pública de ámbito regional, algo que era innecesario además de ruinoso, un nuevo nivel concretado en 17 entidades públicas que la clase política directamente beneficiaria se ha preocupado de ir convirtiéndolas en estructuras de Estado: un gobierno propio y un parlamento propio acompañados de multitud de organismos, fundaciones, empresas autonómicas y empleos públicos, todo ello esencialmente innecesario para la gobernación eficiente y honrada de los ciudadanos.
¿Qué cambios habría que hacer en la Administración autonómica?
Este es el significado del actual Estado de autonomías regionales: duplicidades, deuda pública creciendo exponencialmente, aumento de la presión fiscal, insolidaridad interterritorial, desigualdades objetivas entre ciudadanos por razón del territorio de residencia, unidad de mercado amenazada, desnacionalización del poder y ahora, encima, una creciente tendencia centrífuga protagonizada por la actual clase política, pues esa es la dinámica en la que nos encontramos: más autonomías y menos España; más impuestos y menos libertad.
¿Es posible devolver competencias?
La devolución de competencias al estado es una quimera, algo totalmente contrario e incompatible con la dinámica descrita. La oposición de estas autonomías, convertidas en mini-Estados voraces de competencias y recursos, sería una oposición frontal.
¿Cómo se puede conseguir más corresponsabilidad fiscal?
Sólo una profunda reforma constitucional que establezca una nueva organización territorial del Estado en sentido unitario-racional y en favor de los ciudadanos, sólo una reforma de esa índole podría evitar que el actual modelo acabe destruyendo a la Nación y arruinando a sus ciudadanos.