Napolitano. El guantazo de un padre
Por segunda vez en 18 años, Napolitano toma de la mano alsistema político y lo vuelve a poner en pie. Solo con sus manos, él, un hombrede 88 años, hace aquello que todos los demás no conseguimos hacer. En laspróximas horas, como también en los últimos dos días, los agradecimientos yalabanzas resonarán al unísono. Pero nos toca a nosotros, la opinión pública,vigilar la hipocresía. El único modo de agradecer al presidente es tomar sumismo espíritu, que ve el poder como un servicio orientado al bien común en lacapacidad de dar ciudadanía al otro como condición para la búsqueda de lasnecesarias convergencias.
Esto mismo: servicio, bien común, responsabilidad,reconocimiento recíproco: es de este vocabulario, que se reconoce perfectamenteen el discurso del presidente, de donde puede nacer una nueva estación para larepública italiana, un nuevo futuro para nuestros jóvenes, un nuevo respiropara Europa.