Maneras de vivir
En una final, donde las piernas flaquearon más de lacuenta, y con un juego más bien descafeinado, el Chelsea derrotó al Bayern enla tanda de penaltis, tras llegar al minuto 120 con empate a uno. Los alemanes,que trataron de jugar como en el Bernabéu, estuvieron faltos de frescura ydejaron con vida a los ingleses hasta acabar derrotados.
El fútbol del Chelsea no enamora, el Bayern lointentó en cada instante, pero la generación de los Lampard, Cech, Drogba ycompañía se merecían este título. Como ante el Barsa, el conjunto blue, férreoatrás, aguantando cada golpe de los alemanes, y sin perder la fe, vio cómo suilusión se desvanecía en el minuto 83 con el gol de Muller. Ni siquiera eso fuedeterminante, sobre todo, porque era el día en que Drogba se topaba con suChampions y así en el 88 llegó su testarazo, su zarpazo, la efectividad hecharealidad una vez más.
En la prórroga, Robben tuvo la oportunidad más clarapara poner de nuevo por delante en el marcador al Bayern de penalti, pero hayalgunos porteros que se crecen más que nunca en este tipo de partidos, el checoCech es uno de esos y lo paró.
El Chelsea, criticado hasta la saciedad, hoy paseala orejona por las calles de Londres, y es que, cada uno entiende el fútbol deuna manera, pero todo es respetable. Yo lo llamo inteligencia, conocer suslímites y sus bazas, agotar al rival para derrotarle.
Maneras de vivir y entender el fútbol, todasválidas, todas aportan, y después de nueve años y novecientos millones enfichajes Abramovich, dueño del conjunto londinense, vio su sueño hechorealidad.