Una vuelta de verano también incendiada

Se nos acaba el verano, un verano que será recordado por los incendios. Este verano han ardido en agosto más de 336.000 hectáreas. Ya a mediados de agosto se sabía que esta era el peor de los últimos años.
En la apertura del año judicial el todavía fiscal general del Estado, García Ortiz, aseguraba que el problema de los incendios es muy complejo y que no hay que ir a la caza del hombre.
Curiosas declaraciones para quien es precisamente el responsable último de que se persiga a los presuntos delincuentes. No hay que cazar al hombre pero sí hacer cumplir la ley. Aunque hay que reconocer que García Ortiz, el fiscal general del Estado de incendios sabe algo porque hace 20 años fue el Fiscal Especial Coordinador de Incendios de la Comunidad Autónoma de Galicia. Ahora el incendio, un incendio sin precedentes en las instituciones lo tiene montado él y quien lo nombró, Pedro Sánchez. Como estaba previsto el juez del Supremo, Ángel Hurtado, ha abierto juicio oral a García Ortiz. El incendio no tiene precedentes. Lo normal es que el juicio se celebre en noviembre y que tengamos sentencia en diciembre. No tiene por qué ser un juicio complicado. El juez Hurtado dice en su auto que hay indicios de que el fiscal general del Estado, para ganar el relato sobre una cuestión irrelevante en el asunto de la investigación de Hacienda al novio de Ayuso, cometió un delito de revelación de secretos.
El Gobierno sigue defendiendo, no le queda otra a estas altura en las que estamos, a García Ortiz. García Ortiz siempre ha sido muy bien mandado. Y cuando el Gobierno de Sánchez aprobó la ley de amnistía, unos de los compromisos con Junts para conseguir la investidura en junio de 2024, envió un escrito a los fiscales para que defendieran que se la aplicara la amnistía de Puigdemont por malversación. Los jueces del Supremo consideraron en su momento que a Puigdemont no se le puede amnistiar la malversación y por eso Puigdemont ha tenido que celebra la Diada esta semana desde Bruselas. En un tuit entusiasta Puigdemont colgaba una foto de la manifestación del 11 de septiembre convocada, como es tradicional, por el independentismo para reclamar la segregación de España. Puigdemont decía que el independentismo resiste. No sabemos lo que quiere decir que el independentismo resiste.
En los años de más efervescencia del independentismo, en 2017 la manifestación con motivo de la Diada reunió en torno a un millón de personas. Este año, en el mejor de los casos, había 40.000 personas, casi 20 veces menos que en 2017. Ha sido una Diada escasa en apoyo y con protagonismo del independentismo xenófobo de Silvia Orriols, líder de Alianza Catalana, En este momento solo el 38 por ciento de los catalanes están a favor de la independencia, en 2017 era casi la mitad.
La Diada se desinfla y salvador Illa, líder del PSC, presidente de la Generalitat, el único líder autonómica con la bolsa de votos llena para Sánchez, y por eso un hombre con mucho poder, ha ocupado el puesto del nacionalismo. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha anulado del decreto que el Govern de Pere Aragonès (ERC) aprobó para blindar la inmersión lingüística en 2024. Illa ha defendido la inmersión lingüística de Aragonés.
Illa asume como propia la política lingüística de ERC. Nunca en los últimos años el independentismo ha estado tan escaso de apoyo social y nunca ha tenido tanto peso. La formación de Puigdemont impidió que saliera adelante la reducción de jornada laboral impulsada por Yolanda Diaz. Yolanda Diaz se puso estupenda denunciado que Junts es una formación de derechas -ahora se entera- y que representa al capital que se forra a costa de los trabajadores. Bolaños se ha ocupado de intentar suavizar las cosas.
Siempre queda Tezanos claro que se ha superado: el CIS ha disparado al PSOE 9 puntos por encima del PP pese a la corrupción. Es muy significativo que Tezanos haya puesto a Abascal por delante de Feijóo como preferido para presidente. Dicho de otro modo: a Moncloa le va bien que Voz crezca. Tezanos exagera. Pero Vox crece, lo dicen también las encuesta de verdad. A Moncloa le va bien incendiar a la derecha.
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