Mártires de Nigeria
Pero, ¿cómo ha reaccionado la comunidad cristiana a esta nueva oleada de violencia, reivindicada por el grupo fundamentalista islámico Boko Haram? Mons. John Olorufemi Onayekan, arzobispo de Abuya, durante una entrevista telefónica con la Radio Vaticana observó que «en la comunidad cristiana están los que han aceptado con resignación, pero la inmensa mayoría simplemente no entiende. Y luego están los jóvenes que están muy enojados. Hemos tratado de calmarles, pero también hemos dicho firmemente al gobierno que el único modo de aplacar la rabia de los jóvenes que han perdido a sus hermanos, a sus amigos, es convencerles para que estén a la altura de la situación y que identifiquen y eliminen los escondites de estos grupos terroristas en la zona. Apenas acabamos de terminar de hablar con el ministro del Interior que vino aquí (a la Iglesia de Santa Teresa de Madalla). Los jóvenes le han preguntado si era capaz de defendernos o si cada quien tenía que tomar medidas para defenderse y para defender a su familia».
¿Ha llegado algún mensaje de la Iglesia católica nigeriana para retomar el camino de la paz y de la convivencia con la comunidad musulmana? «Es lo que la Iglesia católica y la Conferencia Episcopal han hecho siempre -observó el religioso-. Hemos hecho mucho para animar y promover una vida de armonía y de respeto recíproco con la comunidad musulmana. Debemos tratar, como sea, de seguir creyendo que, a pesar de episodios como estos, vale la pena proseguir en la vía del diálogo y de la reconciliación. La inmensa mayoría de los nigerianos (musulmanes y cristianos) quiere vivir en paz, juntos. Queremos hacer ver que entre las víctimas de estos atentados también había musulmanes. Fuimos al hospital para visitar a los heridos graves. Hablé y oré con dos musulmanes».
Cuando le preguntaron si tenía algo que decir a los hermanos cristianos afectados por esta tragedia y a toda la comunidad cristiana de Nigeria en general, mons. Olorufemi Onayekan respondió: «Desde ayer tengo en mente la Palabra de Jesús: no hay que temer a los que matan el cuerpo y que no pueden matar el espíritu. No debemos temer a esta gente. No debemos dejar que maten nuestro espíritu: el espíritu de la convivencia, el espíritu de vivir juntos con los demás, el espíritu de respetarnos los unos a los otros. Hay un enorme peligro, que con este tipo de gestos se cree tensión y odio recíproco entre los cristianos y los musulmanes. Y esto sería una tragedia todavía peor. Nos han consolado mucho las palabras del Santo Padre, que ha rezado por nuestra gente. Esperamos que con las oraciones del Papa y con la ayuda de la comunidad católica volvamos a encontrar la vía de la paz».