Una buena noticia que requiere prudencia
En Irlanda del Norte sólo después de un largo proceso se certificó la voluntad de desarme de los terroristas. Después de ese proceso de verificación, en el que no hay que tener prisa, hay que esperar un tiempo hasta que se admita a aquellos que hasta ahora han utilizado la violencia en la vida política. Falta menos de un mes para las elecciones y ese no es tiempo suficiente ni para verificar que ETA ha abandonado la violencia ni para distanciar a los que hasta ahora han sido violentos de la vida democrática.
La política en España y el País Vasco ha estado determinada por la amenaza del terror. Hay que esperar a que se limpie el ambiente, a que el miedo no tenga fundamento, a que haya libertad real. Y luego se puede empezar a hablar. El comunicado de ETA hace referencia a la reciente Conferencia Internacional de Paz. Su documento de conclusiones formulaba una especie de compensación política a los violentos por el abandono de las armas. Eso es lo que no es tolerable.
Si efectivamente el de ayer es el momento en el que el terrorismo se ha acabado en España es muy necesario tener presente a todas las víctimas, a las familias destrozadas, a los que durante años han sufrido la opresión y la mentira. Si el terror ha acabado es sin duda el tiempo del perdón pero también el tiempo de la justicia, no se puede conceder nada a cambio de una derrota que ha sido posible por el sufrimiento de muchos. Es el tiempo, hay que decirlo sin pudor, de rezar por los muertos y de pedir libertad para los vivos.