Sin cristianos no hay paz
La misión en Europa de los dos representantes de la Iglesia iraquí ha sido posible gracias al fuerte vínculo que el Grupo del PPE ha establecido durante los últimos años con las comunidades iraquíes.
Durante el encuentro, ambos arzobispos describieron la situación actual en Iraq, destacando las cuestiones clave para el país, como el papel de las minorías cristianas en el futuro del sistema educativo iraquí, la nueva Constitución, la libertad religiosa y el respeto a los derechos humanos.
"Cuando en una nación existe la libertad religiosa, significa que existen también las demás libertades". Mons. Emil Shimoun Nona y Mons. Bashir Matti Warda llevaron al seno de las instituciones europeas un mensaje importante en el contexto del cambio de régimen en su país y del diálogo interreligioso. Nuestra contribución resulta vital para sostener de forma eficaz la transición democrática del país, dando a la sociedad iraquí y a todas sus minorías la posibilidad de una convivencia pacífica y democrática.
La verdadera respuesta cultural ante el conflicto en Iraq es una educación real del pueblo. La Unión Europea debe favorecer esta educación y apoyar a las minorías cristianas, que a menudo son utilizadas como chivo expiatorio en la lucha entre diversas facciones. Los cristianos constituyen un auténtico puente entre las distintas comunidades presentes en la "tierra entre dos ríos". Sin ellos, las poblaciones recurren a la violencia para resolver hasta las diatribas más insignificantes.
El Parlamento europeo aprobó el pasado noviembre una resolución, a propuesta del Grupo del Partido Popular Europeo, que condena los ataques contra los cristianos en Iraq. También se promovió una declaración escrita en defensa de la libertad religiosa y la inclusión de este principio en las políticas externas de la Unión Europea como cláusula vinculante para la firma de acuerdos con terceros países.
Hoy estamos en el periodo de negociaciones para el acuerdo histórico de partenariado entre la UE e Iraq. Como ponente del Parlamento europeo para tal acuerdo, trato de dar voz a todos aquellos que en aquel país estén dispuestos a contribuir en la construcción de una realidad nueva basada en la democracia, el respeto a los derechos humanos, la libertad religiosa y los derechos de las minorías.
Por todas estas razones, supone una prioridad la inclusión de estos principios en el texto del acuerdo. De ninguna manera se podría plantear reducirlo a un interés meramente económico para ambas partes, sino que debe ser un arma que la UE debe utilizar para contribuir a alcanzar la paz en este país.