Grecia, el escenario de una tragedia sin héroes

La mayoría de expertos con cierto criterio ven únicamente dos opciones: la reestructuración de la deuda-quita, que ya también se está empezando a contemplar, y la salida del euro. Europa no quiere ninguna de las dos porque la primera supone cargar el ajuste a los bancos europeos tenedores de la deuda griega, y la segunda supondría un golpe muy fuerte para la credibilidad de la eurozona. Por eso Europa busca soluciones imposibles a sabiendas de que no son soluciones. Personalmente me apunto a la opción de la reestructuración. La quita, al contrario que el nuevo préstamo, soluciona parte del problema al reducir el gasto de la deuda y aliviar sus cuentas. El único inconveniente es para los tenedores de los bonos griegos, los bancos y fondos, que verían perder un porcentaje nada despreciable de su valor. Pero es el mal menor. Es justo que los que han confiado en Grecia también asuman su responsabilidad en el momento de la caída. Pero, ¿será posible que por una vez alguno de los responsables de las crisis económica y financiera llegue a pagar por los comportamientos temerarios o irresponsables? Dejaría la salida del euro como última opción. La salida del euro sería un fracaso para toda Europa.
Grecia ha sido el ejemplo más significativo en Europa de que no es posible vivir por encima de las propias posibilidades y de que el Estado no tiene un cajón sin fondo con dinero. Grecia ha sido el país donde los gobiernos han buscado ganar votos prometiendo gastos y lo que ahora se llamaría aquí "derechos sociales". Hasta llevarlo al precipicio. Esto también nos suena demasiado en España. Dar prebendas, subsidios por doquier, jubilaciones anticipadas, pensiones generosas, dar servicios superiores al nivel económico del país, etc., todo eso hace ganar muchos votos pero en algún momento conduce al Estado a la quiebra. Y no sólo por el papel del Estado. El Estado se convierte en un ejemplo de falta de realismo para que las familias y las empresas puedan sumarse, gastando, también ellas, por encima de sus posibilidades. Estamos viendo una tragedia griega sin héroes, sólo con perdedores y con grises gestores del mal ajeno. Pase lo que pase con el plan de rescate, Grecia tendrá que hacer muchas reformas estructurales, eliminar todos los gastos sociales que nunca debió permitirse, costear y generar un acuerdo nacional que concite un nuevo protagonismo social. Héroes dispuestos a asumir los sacrificios que se les vienen encima. ¿Tendrá Grecia los suficientes? ¿Los tenemos en España? Saquemos lecciones por lo que nos pueda tocar a nosotros a la vuelta del verano.