Hay que movilizarse
Ante la grave situación que estamos viviendo hacemos un llamamiento no solo a nuestros afiliados y trabajadores de los sectores que representamos sino a toda la ciudadanía que afronta una crisis muy dura, la cual está ya teniendo efectos muy perjudiciales en la mayor parte de la población. Una vez más, los trabajadores vamos a pagar una crisis que no hemos creado ni es consecuencia de nuestros cada vez más exiguos salarios.
Recuperar el poder adquisitivo que las denominadas “clase media y ciudadanos en riesgo de exclusión” vienen perdiendo de forma acumulada desde hace años, ha de ser un objetivo prioritario de los políticos de cualquier signo. Lejos de pretender conseguir esto, asistimos a una sucesión de decisiones que generan aun más incertidumbre y falta de seguridad en los ciudadanos pues parecen fruto del desconcierto y, sobre todo, de las peleas internas de un gobierno dividido.
Frases como “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, “estamos viviendo el fin de la abundancia”, “hay que subir los impuestos y enfriar las subidas de salarios para bajar la inflación”, …. es mejor no comentarlas. Lo verdaderamente real de esta situación, lo que las personas estamos viviendo, es que quienes dependemos de una nómina cada vez tenemos menos dinero y más dificultades para llegar a final de mes. Los problemas para adquirir productos básicos de alimentación, pagar las facturas de la luz y gas, la gasolina o la hipoteca de su vivienda están empezando a asfixiar a muchas familias. Las denominadas “colas del hambre” aumentan de forma intensa.
Se justifican muchas de las medidas diciendo que son la única opción para mantener el “estado del bienestar”. ¿De verdad son necesarios en este país y en estos momentos 22 ministerios? ¿Por qué no se debate sobre la necesidad de reducir el Congreso de los Diputados y el Senado? ¿Cuántos “asesores” de cargos políticos existen? Parece que sí hay otras medidas que no se quieren adoptar y que, cuando menos, aliviarían la situación y darían ejemplo. Lejos de plantearse ni siquiera compartir levemente la dura situación, sus señorías ya han decidido subirse el sueldo en 2023 un 3,5%, cifra que no alcanzarán miles de trabajadores del sector privado porque, ante el desmesurado incremento de los costes, muchas empresas que no reciben ayuda alguna se verán abocadas a descolgarse de los convenios o a despedir personal.
No nos queda más alternativa que movilizarnos para expresar nuestro desacuerdo con esta situación y con el hecho de que de nuevo recaiga en nosotros la responsabilidad de salir de la crisis en condiciones cada vez peores y para exigir la recuperación del poder adquisitivo que estamos perdiendo.
Jesús Pueyo es Secretario General de FSIE