Ejército socialista
Estas declaraciones, formuladas en la conmemoración de los doscientos años de creación del Ejército nacional, reflejan hasta qué punto las Fuerzas Armadas han capitulado el rol que les asigna la Constitución para convertirse en un instrumento político-partidario.
Sería un error quedarse en la simple critica a las motivaciones personales que pudo tener el comandante del Ejército y sus colegas para asumir esta actitud, aunque no queda duda de que la inmediata ratificación del Alto Mando por un año adicional de funciones ha sido el reconocimiento que recibieron los comandantes por el sacrificio de su institucionalidad a los intereses del oficialismo.
Ésta es una característica típica de los gobiernos autoritarios con pretensiones totalitarias. Ideologizar a los militares y confundirlos con militantes partidarios. Cualquiera que estudie el proceso de consolidación en el poder de Hitler y el nazismo encontrará que uno de los factores de principal tensión durante su gobierno y el desarrollo de la Guerra Mundial fue la permanente búsqueda de convertir al ejército alemán en un instrumento más del partido nazi, lo que terminaron consiguiendo y, paradójicamente, al final fue una de las principales causas de los errores que causaron la derrota de Alemania.
La Constitución vigente, promovida por el gobierno del presidente Evo Morales, en ningún momento declara a Bolivia como un país socialista ni permite que las Fuerzas Armadas deliberen. Por el contrario, prohíbe expresamente cualquier acción política de los cuerpos militares. El identificarse con el proceso de cambio, como se le llama al programa de gobierno del MAS, o declararse socialistas, cuando ésta es una decisión que corresponde al voto del pueblo en la aprobación de la Carta Magna, constituyen una grave violación del orden constitucional y una subversión del Estado de Derecho.
Afirmarse antiimperialista cuando el actual Alto Mando Militar no se pronuncia sobre la injerencia de oficiales y funcionarios venezolanos en asuntos internos, o anticapitalistas, porque este sistema supuestamente atenta contra la madre tierra, cuando el narcotráfico destruye nuestros bosques y organizaciones políticas afines al gobierno nacional invaden parques, reservas y territorios indígenas, destruyendo las bases de nuestro desarrollo sostenible, sin que los generales manifiesten su preocupación por la ecología, muestra la impostura de su posición.
El festejo del Bicentenario de creación del Ejército de Bolivia difícilmente podría haber sido más triste, indigno y vergonzoso.
Óscar Ortiz Antelo, ex presidente del Senado de Bolivia