The Runaways
La película no se separa de los consabidos pilares de sexo, drogas y rock&roll, con la crudeza añadida de que estamos hablando de unas chicas que no llegan a los dieciocho años. Se nos muestra el famoso lado oscuro del rock, pero también su fuerza "electromagnética". De hecho, en el film hay un personaje que reconoce que el rock le ha salvado la vida (Joan Jett) y otro, que se la ha destrozado (Cheri Currie). Catalizador de estos procesos es el productor, pragmático y radical, Kim Fowley, que representa el rostro "negocio" del mundo del rock.
Impresiona el trabajo de caracterización que han hecho con Dakota Fanning y Kristen Stewart para parecerse a las reales Cherie Currie y Joan Jett, aunque su trabajo, siendo correcto, no es memorable. Para Dakota, con dieciséis años, supone definitivamente su abandono de papeles infantiles que le han hecho participar con éxito en más de cuarenta películas de cine y televisión.
The Runaways se queda en un biopic musical interesante, pero no brillante, con algunos buenos momentos musicales y que se deja ver sin levantar entusiasmos ni odios, y que nos cuenta lo que ya sabemos: la horrible nada que a menudo hay tras los escenarios.