Desnutrición y hambre
Calificó de "histórico" el programa, trasmitido desde un centro técnico productivo socialista, en el Cajón del Arauca, al suroeste del país. Recordó que allí había transcurrido parte de su carrera militar, cuyas sabanas dedicadas al pastoreo soñaba con verlas sembradas de arroz. Ordenó enfocar las cámaras de televisión en una zona cultivada por el centro. Interrogó sobre la superficie sembrada al ministro de Agricultura, quien le respondió que 300 hectáreas. "Es el comienzo -expresó Chávez- pero esos llanos, antiguos latifundios, cuyos dueños alegaban que los estudios de suelo sólo permitían pastar ganado, los veremos convertidos en inmensos arrozales, como los de China, y habrá arroz para el consumo y la exportación". Recriminó al ministro y a la Fuerza Armada que todavía existan latifundios sin expropiar. "No debe quedar ninguno en Apure. ¡Ni uno! Les digo a los que todavía tienen latifundios: mejor entréguenlos ante de que lleguemos nosotros. Seguramente presentarán papeles alegando que son herederos, pero no vamos a reconocer esa herencia maldita. ¡Nadie es dueño de estas tierras! Son de la nación".
La presidenta del capítulo venezolano de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición le respondió que, pese a las preocupaciones del jefe de Estado por la abundancia de personas gordas, "no podemos decir que se acabó la desnutrición y lo que existe es el sobrepeso". Citó datos del Instituto Nacional de Nutrición, según los cuales el 22% de los niños comprendidos entre 2 y 14 años presentan graves problemas de desnutrición, cifra muy por encima del 6% referido en Aló Presidente. "El déficit en la nutrición, a pesar de las misiones, se presenta especialmente en los estratos sociales con menores recursos y en la zona rural. Influye no sólo un menor acceso a los alimentos, sino las malas condiciones de salubridad".
Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística contradicen las afirmaciones de Chávez pues, según sus investigaciones, nueve millones de venezolanos están en la pobreza y tres millones en una condición que no les permite comer lo indispensable para preservar la salud. La presidenta del Colegio de Nutricionistas declaró: "El Gobierno no ve la realidad de lo que está pasando en el país". Agregó que los especialistas en nutrición, en su trabajo en hospitales y clínicas, observan diariamente muchas personas enfermas que explican no tener recursos para ingerir un mínimo de alimentos. En el décimo año de su mandato, lapso en que ha dispuesto de los mayores ingresos que gobernante alguno haya tenido en toda la historia del país, Chávez sigue utilizando histrionismo, promesas y amenazas como alimento del régimen, escribe un comentarista.
Pero la realidad -agrega- es mucho más poderosa que su estilo grotesco y en ocasiones, ridículo. Quizás impresione a los invitados extranjeros que hacen "turismo revolucionario" y se les lleva a las vitrinas que pregonan las maravillas del socialismo del siglo XXI. Pero es difícil que la audiencia de Aló Presidente mantenga la devoción por su retórica populachera, a veces soez, cuando confronta su propia vivencia con las "humoradas" del líder. El desastre de Barrio Adentro y de las otras misiones, reconocido por el presidente, y de los pregonados centros de alimentación gratuita dejan al desnudo que la incapacidad y la corrupción son los signos predominantes de la autocracia militarista que padece Venezuela.