Bibiana, hay otras formas de apoyar
La intervención de Bibiana Aído este miércoles en el Congreso demuestra que, una vez perdido el debate científico, jurídico y social, al Ejecutivo ya sólo le queda la defensa ideológica. Una defensa que se ha reducido a la repetición de algunas sentencias y sustantivos que el Ejecutivo ha conseguido vaciar de contenido -entre ellos, sus palabras favoritas, el consenso y el respeto. La discusión con la diputada del PP Sandra Moneo así lo evidenció. La titular de Igualdad demostró con sus palabras que no sabe hacer una lectura de la realidad al margen de la ideología de género.
"En el PP, al menos las mujeres, deberían apoyar, respetar y comprender a quienes por el motivo que sea no quieren o no pueden asumir de manera forzada la gran responsabilidad de la maternidad. Como creo en el consenso, no pierdo la esperanza de que ustedes, como mujeres responsables, se sumen a ello". Con estas declaraciones, la ministra en particular y el Gobierno en general se retratan. En primer lugar, consideran que el drama del aborto es una competencia exclusiva de la mujer, dejando al margen al margen de cualquier consideración al no nacido, al padre y a quienes quieren acompañarla en la dificultad. Para Bibiana, en nombre del derecho a decidir, es preferible dejarla sola ante la dramática decisión.
En segundo lugar, la ministra identifica el apoyo a las mujeres en esta situación con facilitar el aborto. La ecuación para el Ejecutivo es clara: apoyo = aborto. Pero el sentido común y la experiencia de organizaciones que ayudan a mujeres a afrontar cualquier problema derivado del embarazo -económico, sanitario, laboral, psicológico, de vivienda- la dejan en evidencia. Lo han recordado este jueves los organizadores de la manifestación del pasado 17 de octubre. Bibiana Aído no ha destinado ni un solo euro de su ministerio para ayudar a las mujeres embarazadas. Ignora el clamor social vivido en Madrid hace dos semanas. Quizá conocer el trabajo de estas entidades o los testimonios de las mujeres a quienes han auxiliado sería el único modo de abrirle la mente y el corazón. Quizá así comprendería que su forma de ayudar hasta el momento a las mujeres embarazadas es la más desacertada.