`La subsidiariedad es fundamental para no estatalizar la familia`, Teresa López López, directora de la Cátedra de Política Familiar
¿Qué le ha parecido el manifiesto de la Compañía de las Obras sobre las elecciones europeas?
Se trata de un manifiesto muy claro, que se apoya en lo más importante que tenemos, el valor de la persona, y la necesidad de poner la política a su servicio. La toma de decisiones por los responsables políticos, sobre todo en algunos ámbitos, se lleva a cabo en numerosas ocasiones apoyándose exclusivamente en intereses partidistas y en ocasiones simplemente con el deseo de mantenerse en el poder. Son pocos los que defienden abiertamente el valor de la persona, porque eso exige defender, por encima de todo, todo aquello que la hace realmente y por tanto exige defender un conjunto importante de valores, lo que puede tener un coste político importante, sobre todo medido en términos de votos.
El manifiesto subraya la importancia del principio de subsidiariedad y la libertad de la Iglesia.
En mi opinión el principio de subsidiariedad es fundamental. Los estados deben siempre actuar buscando siempre el bien común y deben hacerlo en los niveles más próximos al ciudadano pero sus intervenciones no pueden servir para estatalizar ni las relaciones familiares ni las decisiones que afectan a la estricta intimidad de la persona. Entre ellas se encuentra, evidentemente, la libertad religiosa. Ésta es un derecho fundamental, que sólo cada uno de nosotros puede ejercer, porque no sólo estamos hablando de la libertad de culto, ese derecho es algo que en las sociedades desarrolladas ni siquiera se debería ya plantear por obvio, estamos hablando de la posibilidad de ejercer el derecho a vivir conforme a tu fe, y eso exige poder hacerlo tanto en el ámbito estrictamente privado como en el ámbito público en el que se participe. ¿O es que la libertad de expresión está limitada para manifestar nuestras creencias? Por tanto, lo primero que exige el cumplimiento de este derecho fundamental es el respeto a las formas de vida y opiniones de aquéllos que nos consideramos creyentes.
¿Qué le parece la valoración que se hace de la política y la economía?
Muy adecuada. La política debe ser entendida como un servicio a la sociedad para trabajar a favor de las personas y tratar de mejorar su calidad de vida, entendida ésta no sólo en términos monetarios y/o materiales. La economía por su parte es una ciencia social, cuyo objetivo prioritario debería ser igualmente trabajar para mejorar el bienestar de las personas. La cuestión está en que en muchas ocasiones se considera que para que las personas sean felices es suficiente con ocuparse de lograr un determinado bienestar material, y esto es falso. Las personas necesitamos muchas otras cosas para ser felices: la familia, los amigos y por supuesto necesitamos poder vivir plenamente nuestra libertad, y esto incluye la libertad religiosa en toda la extensión del su contenido.