Good
Good es una película bastante singular, algo desigual en su narración y con un final muy discutible. Sin embargo es una cinta de indudable interés. El personaje de Oskar simboliza a gran parte del pueblo alemán, que aceptó el nacionalsocialismo con indolencia. En principio no le gusta, pero es lo que hay, y como dice la amante de Oskar: "No puede ser mala una ideología que hace feliz a la gente". Oskar es un hombre que se deja llevar siempre (por su madre, su mujer, su suegro, su amante… y también por el nazismo). El día que comprende su error es demasiado tarde.
El personaje que encarna Jason Isaacs, el judío Maurice, representa la realidad moral del nazismo, aquello a lo que Oskar quiere permanecer ciego e ignorante. Respecto a la cuestión de la eutanasia, se pasa de puntillas por ella, y es más que nada un delirio literario de Oskar.