La Europa en la que creer
En Varsovia se han hecho públicos los objetivos reales que el PPE quiere conseguir en la próxima legislatura 2009-2014. No faltan entre esos objetivos la salvaguarda de los valores familiares -sobre todo para responder al desafío del cambio demográfico y al descenso de la natalidad- y la defensa de la libertad de enseñanza. Constituyen los pilares esenciales de nuestra acción política, que quiere fortalecer a las familias, la solidaridad entre las generaciones y la transmisión de los valores y de la cultura.
Europa se ha visto sacudida también por la crisis. En el plano de la economía el PPE propone soluciones prácticas y centradas. Nuestras respuestas pasan por un balance equilibrado de las finanzas públicas, por completar un mercado único de la energía y el transporte, y por la lucha contra la burocracia.
Intensificar la lucha contra el terrorismo y desarrollar una política común de inmigración son estrategias para hacer más seguros nuestros países. Así se facilita, de hecho, la inclusión y el diálogo. En el ámbito de la cohesión y el desarrollo del modelo social europeo, queremos ampliar la política en favor de la subsidiariedad. La subsidiariedad es la expresión de una concepción completa del hombre y de la sociedad, representa el único cambio real frente a las actuales dificultades económicas.
Los trabajos del Congreso en Varsovia han dado el pistoletazo de salida de la campaña electoral para las elecciones europeas del 6 y 7 de junio. Ha sido una ocasión más para reiterar que nuestra acción política contribuirá a promover el modelo de paz y de desarrollo en el que hemos trabajado en los últimos años.
La presencia en el Congreso del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sido la demostración de la voluntad que tiene Italia de contar en Europa. Y no podía ser de otra manera. Italia es uno de los países fundadores e históricamente siempre ha confiado en la idea de Europa que tuvieron aquellos tres grandes hombres del pasado -Adenauer, De Gasperi y Schumann-. Persiguieron su idea de Europa porque estaban unidos por una profunda amistad cristiana. Tenemos por delante días decisivos para expresar nuestra idea de Europa: la Europa que tenemos en el corazón. Una Europa abierta al diálogo, pero atenta a las tradiciones, que prefiere la creatividad de la persona al poder de los bancos.