´No es concebible que ERC coopere a la gobernación de España´
Repasamos la actualidad política con el ministro de la UCD que lamenta que el PP no haya presentado aún ninguna propuesta constructiva y ve un gran error que Albert Rivera renunciara en su momento a pactar con Pedro Sánchez.
¿Es un suicidio político un pacto a tres bandas PSOE-Unidas Podemos-ERC para el PSOE cuando ni siquiera le basta con esta coalición para gobernar?
No sería un buen pacto de investidura. Una buena investidura requiere una construcción amplia de confianza, suficiente para gobernar. ERC no aporta esa calidad de confianza. No es concebible que ERC coopere a la gobernación de España, cuando quiere la desmembración de España. Hasta el más ciego ve que quien quiere romper España no es buen socio para gobernar en España.
¿Debería el PP tomar la iniciativa y proponer un pacto al PSOE? Si no lo hace, ¿no sería cometer el mismo error de Ciudadanos en su momento?
Tengo idea que el PP no se aclara mucho sobre lo que le conviene a España y a él mismo. El PP debería interpretar mejor los resultados de las últimas elecciones, con su pequeña subida, la muy grande de VOX, el hundimiento de Ciudadanos y las bajadas sensibles de PSOE y Unidas Podemos. En política hay que elegir casi siempre entre inconvenientes. El PP no ha presentado ninguna propuesta constructiva. No lo es limitarse a decir que va a votar NO a la investidura. Sus electores merecen una iniciativa positiva. Lo sería proponer una gran coalición al PSOE en la línea actual de Inés Arrimadas, que ya ha aprendido del error anterior de Albert Rivera. Puede haber otras.
¿Habrá pacto algún día PSOE/PP? ¿Por qué es tan difícil que estos dos partidos lleguen a una “gran coalición”?
Nadie parece querer esa gran coalición por pánico escénico del competidor vecino, frente al que se teme perder votos. El PSOE a su izquierda, preocupado con Unidas Podemos. El PP obsesionado con VOX. Estos miedos se pueden llevar por delante el sistema de 1978, amenazado ya por los independentistas. Y de paso esos dos partidos pueden caer en la irrelevancia o, al menos, sus actuales líderes, que se la están jugando echando la culpa a los electores porque votan de modo distinto a lo que ellos preferirían. Nuestra cultura política está saturada de maniqueísmo y huérfana de espíritu de concordia y pacto. Si esta situación hubiese sido la situación en 1975 o 1976 no hubiéramos tenido ni Transición ni Constitución.
¿Por qué los partidos de centro parece que nunca terminan de mantenerse en el tiempo en nuestra democracia?
Un partido de centro debe tender a amortiguar los enfrentamientos más fuertes de sus vecinos de la derecha y de la izquierda. En España la ley electoral no ayuda al mantenimiento estable y potente de un centro, que por definición puede apoyar, según los casos, a quien está más a la derecha o más a la izquierda. Los precedentes manifiestan esa dificultad que arrastró, por distintas razones, a partidos como UCD, CDS, PDP, UPyD y acaba de sumir en la miseria a Ciudadanos, por la equivocación radical de Albert Rivera de no haber pactado en su día con el PSOE.
“El sistema del 78 está en peligro y es necesario, no echarlo abajo, sino reformarlo con tiento”
¿Es la composición del Congreso expresión de un cambio de época?
Sin duda. La atomización del electorado –con una ley que no favorece- muestra a las claras la desconfianza creciente de la gente hacia los grandes partidos, que han perdido en gran medida su capacidad de integración basada en valores e ideologías comunes. La corrupción ha sido muy disolvente para todos, dedicados a afear mucho la del vecino –que es horrorosa- y pasar de puntillas sobre la propia –que no es para tanto-. La gente no es tonta y se da cuenta. Los nuevos partidos prescinden ya del referente ideológico hasta en sus nombres: Unidas Podemos, las Mareas o sus “confluencias”, Ciudadanos, VOX, Más País, etc.; o a lo sumo con una mención regional o localista del tipo “Juntos por Cataluña”, “Teruel existe” o Partido regionalista cántabro o coaliciones como Navarra Suma. La idea es póngame un AVE o invierta tanto y yo le apoyo… Es una nueva época sin duda, que requiere buen diagnóstico más allá de la cargante repetición de elecciones.
Muchos ponen en duda el sistema del 78. ¿Está realmente en peligro? ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Sí, claro que está en peligro. Pero no se debe pensar en echarlo abajo sino reformarlo con tiento. ¿Cómo hemos llegado? Pues un poco por todo lo que acabo de decir. Quizá surja alguien con visión y con una propuesta viable de reforma. Pero yo veo a los líderes actuales con demasiado empeño por el poder a corto plazo y poca consideración histórica y global de conjunto.