La luz de Patricia
Empieza el juicio por el presunto asesinato del pescaíto. Y eso nos obliga a recordar la búsqueda angustiosa del niño Gabriel Cruz en el Cabo de Gata. Y a recordar también las palabras de Patricia Ramírez, su madre, después de que se supiera que no había desaparecido sino que fue asesinado presuntamente a manos de Ana Julia Quezada, una persona muy cercana. Entonces Patricia, sorprendiendo a todos, pidió que la rabia y el dolor no se transformaran en odio hacia la presunta asesina, que no se hablara más de ella. Patricia, que se había quedado en aquellas horas huérfana de su hijo, que sufría quizás el mayor dolor que pueda sufrir una madre, pidió que todo terminase con un mensaje positivo. ´Que quede el amor, que mi pescaíto ya está nadando hacia el cielo”, aseguró Patricia. Todos hubiéramos comprendido que Patricia hubiera levantado su puño contra el cielo y contra todo lo que se mueve, que se hubiera dejado llevar por la ira y la desesperación. Y todos nos quedamos boquiabiertos escuchándole hablar de amor y de su hijo nadando en el cielo. De seguro que este año y estos cuatro meses han sido muy duros para Patricia. Muy duros. La acusada se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato. La fiscal ha asegurado que el pequeño ´no tuvo opción de salir con vida´ de la finca de Rodalquilar en la que murió. La defensa ha sostenido que la muerte fue un accidente. Estos días a todos se nos van a abrir las carnes con lo que pasó en el Cabo de Gata. La justicia de los tribunales tiene que hacer su trabajo. Pero todos sabemos que ninguna sentencia puede reparar el mal sufrido por esa madre. Hace falta otra justicia. Mientras llega parece conveniente no alejarse de la luz que sale de esta madre, de Patricia.