Balón de oxígeno para Matteo Renzi
Comencemos por lo primero. Juncker, que ha dicho abiertamente que él no es ningún ´fanático de la austeridad´, ha tenido que recular en sus posiciones y tras recetar la austeridad entre los años 2010 y 2013 (aunque recordemos que en aquel momento el Presidente de la Comisión Europea era José Manuel Durao Barroso), acompañada de una política fiscal neutral desde 2014, ahora ha pasado a pedir un estímulo por 50.000 millones de euros, con el fin de poder impulsar la muy débil recuperación del continente. En ese sentido, la Comisión exige reformas que puedan acompañar a las inversiones y a los recortes de impuestos. Y deja claro que han de gastar más los países con mayor margen para ello, como Alemania u Holanda, al tiempo que recomienda cautela precisamente para los que más gastan, que son Francia, España e Italia, incapaces todos ellos de cumplir con el objetivo de deficit marcado. Si la Comisión ha decidido cambiar de posición es porque se percata de que existe un abultado endeudamiento (tanto público como privado), una banca plagada de incertidumbres (con el Deutsche Bank a la cabeza) y, en definitiva, numerosas vulnerabilidades que, en el caso de darse una nueva crisis económica a nivel mundial, dejaría a la eurozona en situación de extrema dificultad.
En lo que se refiere a la evolución del PIB, Italia, tras haberse encontrado con un primer trimestre donde creció 0.4, había pasado por un segundo que le había devuelto al crecimiento ´cero´, pero ahora ha retomado de nuevo el crecimiento y ha alcanzado un 0.3%, lo que deja el crecimiento entre enero y septiembre en un 0.7% y, aunque no se llegará al objetivo fijado en el DEF del 1.5%, sí es posible pensar que Italia acabe en torno al 1.0 de crecimiento, con lo que se confirmaría definitivamente el abandono de la recesión. En ese sentido, el sur de Europa está evolucionando muy bien, ya que España ha crecido un 0.7% y Portugal lo ha hecho un 0.8%, mientras la media europea se queda en el 0.3%. Esto dará a Matteo Renzi más posibilidades de ganar el ´referendum´, porque puede vender la idea de que su continuidad puede cambiar la dinámica tan negativa que lleva la economía italiana desde que el Producto Interior Bruto nacional descendiera más de 5 puntos en el año 2009, y que llevó a que precisamente ahora hace cinco años, Napolitano se viera obligado a pedir a Berlusconi la dimisión para poner en su lugar al tecnócrata Mario Monti, medida que coincidió el tiempo, por cierto, con la llegada del también italiano Mario Draghi a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE).