Retrato actual y dos talentos ante la cámara

Cultura · Enrique Chuvieco
Me gusta 0
2 febrero 2009
El teatro existencialista desencantado de Arthur Miller y Tennessee Williams y el protagonismo del texto frente a otros aspectos visuales sustentan la última apuesta cinematográfica del director Sam Mendes, Revolutionary road, que cuenta con las interpretaciones estelares de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, cuya maduración como actores ha crecido considerablemente desde aquella épica y romántica Titanic con la que encandilaron a medio mundo hace una década.

La cinta cuenta las vivencias matrimoniales de Frank (DiCaprio) y April (Winslet) en los Estados Unidos de los cincuenta del pasado siglo en el barrio que da título a la película, dársena donde atraca la alienada clase media norteamericana que padece un desencanto vital imposible de superar. Es el enfoque del escritor de esta historia a la que Mendes ha puesto imágenes como hiciera con la oscarizada American beauty, con la que guarda muchas similitudes de fondo. El dibujo es, por tanto, de trazo grueso donde el aburrimiento y sinsentido son la cárcel en la que viven los protagonistas y todos los que les rodean.

Para superar el hastío, April insta a Frank a huir a París para recuperar la magia perdida, pero desisten al final; posición que da paso al recrudecimiento de los reproches mutuos por su malestar interior. La hoguera se aviva gracias al concurso de un personaje singular que desata el estado de conciencia de April.

Aquella época y ésta, en mayor medida, padecen el síndrome de Peter Pan, por el que nos cuesta horrores encarar con realismo las monotonías de la vida, cuando no son sacrificios y dolores de todo tipo los que destrozan nuestro esquema proyectado dejándonos quejosos, sin considerar siquiera que el manejo de nuestra vida es reducido, como atestigua nuestra experiencia cotidiana, a pesar de que se nos quiera hacer creer continuamente que somos dueños de nosotros mismos. Constatamos, por otro lado, la paradoja en nuestra vida al comprobar que ahonda nuestra incapacidad e inseguridad para acoger con serenidad lo cotidiano y continuamente intentamos evadirnos con mil y una probatinas que aumentan nuestra tristeza, destrozándonos y destrozando a los más próximos.

Es el malestar de los personajes de Revolutionary road que parecen encontrar oxígeno transitorio en el éxito profesional o en relaciones circunstanciales que "entretengan" y les hagan sentir que están vivos; espejismo comprobado imposible de colmar nuestro deseo de plenitud.

Mendes nos muestra esto con una maestría extraordinaria en el montaje, el guión, la música, las interpretaciones de DiCaprio y Winslet, que se han hecho gigantes con los años, y su lenguaje audiovisual espléndido.

Esta película hay que verla porque es el retrato de una época que es también la nuestra.

Noticias relacionadas

Mi Vargas Llosa
Cultura · Antonio R. Rubio Plo | 0
Vargas Llosa fue un gran lector, un hombre que desde niño supo apreciar a los clásicos, bien fueran Madame Bovary o el Quijote. Los clásicos son absolutamente imprescindibles para la formación de un escritor...
15 abril 2025 | Me gusta 1
Por qué el gran Gatsby siempre será actual
Cultura · Antonio R. Rubio Plo | 0
Hace un siglo, en abril de 1925, se publicó una de las novelas más brillantes de la literatura norteamericana, El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald. A lo largo del tiempo, el cine hizo popular esta historia gracias a las interpretaciones de actores de buen físico, que supieron recrear este...
8 abril 2025 | Me gusta 1
Unas cartas de Alexis de Tocqueville
Cultura · Antonio R. Rubio Plo | 0
Alexis de Tocqueville era un hombre que se adaptaba a las circunstancias, no por oportunismo sino por reconocimiento del principio de realidad....
28 marzo 2025 | Me gusta 1