Y Renzi volvió a salirse con la suya
Pero volvamos al caso italiano. El Gobierno presidido por Matteo Renzi, como ya hemos dicho, quiere avanzar en la recapitalización del sistema financiero pero necesita una inyección de capital a los bancos que podría alcanzar 40.000 millones de euros y que además esta sea considerada como ayuda de Estado. En ese sentido, se trataría de una asistencia directamente estatal, al margen del mecanismos Atlante, lo que pondría en riesgo la unidad bancaria y las normas adoptadas para nuevas crisis en la UEM. Y es que se cree que sólo los cuatro grandes bancos italianos poseen alrededor de 85.000 millones de euros en créditos morosos y que la cifra de activos improductivos del conjunto del sistema roza los 250.000 millones de euros, lo que representa en torno al 12% del PIB italiano.
Y es que sólo en el último año las principales entidades financieras han perdido mucho valor en el Bolsa: el que más, el Banco Popolare (que ha perdido un 80.34%), y el que menos, Mediobanca (un 40.82%), destacando lo perdido por el Banco Popolare di Milano (un 78.58% de su valor), Unicredit (68.91%) e Intesa San Paolo (47.89%). Preocupa particularmente el caso de la Banca Monte dei Paschi di Siena, que ya es considerado el peor valor del sector bancario europeo a pesar de que aún es el tercer banco del país solo por debajo de Unicredit e Intesa San Paolo. Por otra parte, aunque Renzi ha conseguido la autorización de la Comisión Europea para el citado aval público a las emisiones de sus bancos por una cuantía estimada en 150.000 millones de euros, y que ello asegura su liquidez y acceso al mercado, la realidad es que esta ayuda podría concederse solo a finales de año y a bancos sanos, además de que tampoco resuelve el problema de fondo de la capitalización y solvencia del sector.
Matteo Renzi encara, de esta manera, un verano más que difícil. Porque a la realidad financiera se une la reciente derrota en varias de las ciudades importantes del país en las elecciones municipales y, lo más importante, cuando entra en vigor la nueva ley electoral (la Italicum), por primera vez el Movimiento Cinque Stelle sobrepasa de forma muy significativa al Partido Democrático (PD). En efecto, según el último sondeo Demos publicado el sábado 2 de julio en el diario de izquierdas La Repubblica, en un eventual ´balotaje´ en las elecciones generales, ni siquiera habría partido, porque ganaría el partido fundador por Beppe Grillo por goleada, conquistando el gobierno del país. Demos atribuye al Movimiento Cinque Stelle el 32% de los votos, lo que representa 5 puntos más con relación a la anterior encuesta, realizada en abril. Mientras, el PD se sitúa muy ligeramente por encima del 30 %. Detrás de estas dos fuerzas políticas aparece casi el vacío: Liga Norte no alcanza ni el 12 %, parecido porcentaje al de la Forza Italia de Silvio Berlusconi. El resto de los partidos apenas llegan al 5%.
Teniendo en cuenta que ninguna fuerza política alcanzaría el 40% de los votos, sería necesaria, según la ley electoral, una segunda vuelta entre los dos primeros partidos. En este caso, el partido donde Luigi Di Maio aparece como teórico candidato a la presidencia del Consejo de Ministros se impondría al PD de Matteo Renzi por casi 10 puntos: 54.7% frente a 45.3%. Suerte que para Renzi el que tiene convocar elecciones es el Presidente Mattarella, que pertenece a su partido. Otra cosa será que consiga sacar adelante el ´referendum´ de octubre, y de momento los datos no son los mejores para el joven Primer Ministro italiano.