Renzi se sale con la suya
Hay que decir una primera cosa muy clara: Italia jugaba con ventaja en este asunto. Aunque solo Grecia tiene una deuda más abultada, el Pacto de Estabilidad tampoco lo cumplen ni alemanes, ni franceses, ni británicos, ni españoles (en el caso de franceses y españoles, su deuda pública está en torno al 100% de su PIB). Así, la idea del Gobierno italiano es invertir este dinero extra en reformas económicas, infraestructuras, seguridad y gestión del flujo migratorio. Eso sí, las autoridades europeas no se privaron de recordar a Renzi la generosidad con la que habían actuado en relación a Italia: ´Ningún otro país miembro había pedido ni recibido un nivel de flexibilidad similar´, destacaron en una carta dirigida al Gobierno italiano el Vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, y el Comisario de Economía, Pierre Moscovici.
No obstante, la Unión Europea sabe que el Gobierno italiano está haciendo un importante esfuerzo por reducir el déficit: si en 2011 éste se situó en -3.50, Renzi consiguió que 2014 (su primer año de Gobierno) cerrara ya en -3.00 y 2015 en -2.60. Tras la decisión tomada por las autoridades europeas, este año deberá bajarlo en solo tres décimas, dejando para el siguiente ejercicio recortes de mayor envergadura. No resulta por tanto de extrañar que, tras conseguir esta amplia flexibilidad por parte de la UE, Renzi haya escrito: ´Es menos de lo que habría querido, pero ha sido el triunfo de todo un país´.
Eso sí, el Gobierno italiano ha recibido importantes recomendaciones para poder cumplir con las cifras exigidas para 2017: privatizaciones, lucha contra la evasión fiscal y la corrupción, mejora del sistema de cobro de deudas frente a la morosidad, racionalización del gasto social y liberalización de sectores como la salud y el transporte. En todo caso, ahora es el momento de Renzi de demostrar que su apuesta por el crecimiento y el aumento del gasto público puede ser una vía más eficaz que la de la austeridad, y así evitar que Italia caiga en manos de los populistas. El 5 y 19 de junio el Primer Ministro italiano tiene una importante cita con las urnas (se renuevan las alcaldías de algunas de las ciudades más importantes de Italia). Será ese el momento de comprobar si los italianos están o no con su Gobierno, al que le quedan pocos meses para cumplir los anhelados 1.000 días que Renzi pidió en su momento, allá por febrero de 2014.