Entrevista a Valentí Puig

´En Cataluña la batalla de opinión el 28-S es decisiva´

España · Juan Carlos Hernández
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16 septiembre 2015
´En términos que sean cuantitativamente apreciables, no se puede superar la polarización. Ya separada de Convergència, Unió lo intenta pero no tiene –al menos en las encuestas- resultados. La polarización, dado el planteamiento político-institucional del populismo de Artur Mas, irá en aumento´.

Respuestas de Valentí Puig, escritor en catalán y castellano, que publica ahora el ensayo “Fatiga o descuido de España”

¿Cómo se puede superar la polarización que existe en este momento en Cataluña entre independentistas y no independentistas? Por otra parte, a nivel nacional existe un clima generalizado en el ciudadano de a pie de desconfianza mutua entre Cataluña y el resto de España, ¿Cómo se puede recuperar la estima entre ambas partes?

En términos que sean cuantitativamente apreciables, no se puede superar la polarización. Ya separada de Convergència, Unió lo intenta pero no tiene –al menos en las encuestas- resultados. La polarización, dado el planteamiento político-institucional del populismo de Artur Mas, irá en aumento. En cuanto a las relaciones entre Cataluña y el conjunto de España, es evidente que han pasado por una notable erosión, pero no se olvide que más de dos terceras partes de la ciudadanía de Cataluña quieren que el vínculo con España siga vigente, y eso se detecta encuesta tras encuesta. Culturalmente, los lazos no serán fácilmente reconstruibles porque para estas cosas tienen que ser dos que lo quieran. La cultura catalana –en catalán- ha sido casi monopolizada por el nacionalismo. Es algo por ahora, digo por ahora, irreversible.

¿Se puede solucionar la problemática independentista por una simple transferencia de competencias o no se puede contentar al que no quiere contentarse nunca? ¿Qué aspectos le parece que pueden ser justos de atender, por parte del Estado, en las reclamaciones que se hacen desde Cataluña?

Personalmente, no le veo otra vía que no sea la constitucional. Recurramos a la imaginación política, a la generación de nuevas empatías, a entender que las dimensiones del secesionismo no pueden generalizarse a toda Cataluña. Ahí, en la Constitución, está expresado un gran pacto entre todos los españoles. Otra cosa es avanzar en nuevas fórmulas fiscales que sean generalizables: eso es posible.

¿Cree que el Gobierno de Mariano Rajoy ha respondido con inteligencia, a lo largo de esta legislatura, al desafío independentista? ¿Qué medidas concretas debería tomar el gobierno que salga de las urnas en las próximas elecciones generales, frente al anhelo independentista?

No creo que esta sea la cuestión. Insisto en que para pactar entre dos, ambos deben desearlo y no acudir al diálogo con la respuesta ya escrita. Pero es cierto que el “mantra” de “España nos roba” ha calado, en plena crisis económica. Después de las próximas elecciones generales, habrá que ver los resultados de PP y PSOE, y en qué medida necesitarán pactos con partidos menores. No es lo mismo pactar con Cs que con Podemos. Pero sea cual sea el resultado, la ley es la ley. Aquí no hay conejos en la chistera, salvo las sinergias al amparo de la lealtad constitucional.

De cara a las próximas elecciones en Cataluña, ¿qué virtudes y qué carencias presentan los principales partidos o coaliciones que se presentan? ¿Qué escenario podría darse después del 27-S?

El secesionismo en buena medida, al menos aparentemente, ha cumplido el objetivo de que en el escrutinio de las urnas cuenten dos bloques, el sí o el no a la independencia. En buena medida, que se imponga el no depende de una participación significativa. Téngase en cuenta la notable abstención en toda votación autonómica, a diferencia de lo que ocurre en las elecciones generales. Por eso durante tiempo las autonómicas fueron para el pujolismo y las generales para el socialismo catalán. Inmediatamente después del 27-S, es previsible una política polarizada, inestable y sin espacio para mayorías razonables. Eso puede durar, por lo menos, hasta las elecciones generales de diciembre. Mientras tanto, la batalla del “opinion making” será de más importancia que nunca. Pensemos que mantener una efervescencia secesionista durante mucho tiempo fatiga. Ha ocurrido en el Quebec, por hartazgo general.

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