Lo que vieron periodistas y observadores
Los corresponsales señalaron la desventaja con que la oposición acudió a la cita electoral, destacando la inhabilitación de que fueron objeto los candidatos que se habían posicionado como ganadores. Percibieron e informaron que todo el poder del Estado, tanto institucional como financiero, fue puesto al servicio de los candidatos oficialistas, y que en el día de los comicios era evidente que el CNE no prestaba atención a las denuncias de irregularidades. Chávez tampoco logró convencer de la magnitud de la victoria a sus propios partidarios. En Aporrea, el portal emblemático rojo-rojito, se preguntaron si podía hablarse de victoria, "con los malditos escuálidos controlando Distrito Capital, Miranda, Táchira, Carabobo, Nueva Esparta, Zulia. Se quedaron con las entidades claves". Dan como razón la mala gestión de gobernantes chavistas. "Entre traidores e incompetentes se nos está escapando la revolución".
Ojo Electoral (OE), una institución que preserva con extremado rigor su imparcialidad y que desde hace cuatro años el CNE acepta como observadores, certificó que su conteo rápido en varios Estados "reprodujo los mismos números que entregó el CNE, lo que apoya el correcto desempeño técnico del árbitro". Lamentan no haber incluido Barinas, cuyos resultados han sido impugnados con pruebas de fraude. OE hace constar que el Plan República impidió a los observadores acceder a las auditorias públicas de cierre, que muchas mesas se mantuvieron abiertas, sin nadie en la cola, "esperando aparentemente por votantes remolcados, fuera del tiempo legal, que pudieron cambiar resultados. Esto lo reportaron también varias delegaciones internacionales que visitaron muchos centros. Un número tan grande de mesas abiertas, sin votantes en cola, no fue casualidad ni una decisión de los miembros de mesa. Eso sugiere un plan previo, órdenes y una voluntad orientada por un interés, más allá de la estricta labor de arbitraje".
Según OE, en el proceso previo se produjeron inhabilitaciones ilegales, abuso de cadenas presidenciales con fines proselitistas e insultos infamantes a los contendores, uso escandaloso de recursos públicos, amenazas de violencia y de retención ilegal de fondos si el enemigo gana. "Todo ello sin que el CNE se diese por enterado". La delegación del Grupo Popular en el Parlamento Europeo elogió que se hubiese producido la mayor participación en unas elecciones regionales de Venezuela. Consideraron la participación "tanto más meritoria cuanto que las dificultades del complejo sistema de votación ralentizaron en exceso el proceso, manteniendo abiertos los colegios electorales hasta pasadas varias horas de la del cierre". Según los eurodiputados, "estos comicios han demostrado la existencia de una oposición que cuenta cada vez con mayor apoyo popular, una Venezuela pluralista". Dejaron constancia de su preocupación por "la falta de respeto de las garantías jurídicas que han supuesto las inhabilitaciones políticas, y que sin duda han repercutido en los resultados". Hicieron un llamamiento a la cooperación y el diálogo, que debe empezar por el presidente. Los portavoces del régimen negaron autoridad moral a los eurodiputados para opinar, "pues se trata de la extrema derecha europea, fascista, pitiyanqui". La respuesta es un indicio de que el 23-N mantiene invariable la política exterior de Chávez.