Graziano Delrio, nuevo Ministro de Infraestructuras y Transportes

España · PaginasDigital
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3 abril 2015
La reciente dimisión del anterior Ministro de Infraestructuras y Transportes, Maurizio Lupi, ha obligado a Matteo Renzi a mover ficha y por tanto a remodelar su Ejecutivo. Así, ha decidido poner en este puesto a nada más y nada menos que su hombre de máxima confianza, el hasta ahora Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros Graziano Delrío (Reggio Emilia, 1960). Este hecho pone de manifiesto lo gravemente preocupado que han dejado a Renzi las informaciones que han tenido acerca lugar acerca de las corruptas actividades que había llevado este ministerio desde el segundo Gobierno de Silvio Berlusconi, allá por 2001, y que afectaban a todos los gobiernos italianos hasta el momento actual. Y Renzi, ya se vio con el llamado caso Orsoni en Venecia (el alcalde que había utilizado fondos públicos para lucrarse junto con sus colaboradores), es un hombre que no le tiembla la mano a la hora de liquidar a los corruptos. Por lo menos a día de hoy.

El problema es a quién va a elegir Renzi como mano derecha. Una de las escogidas podría ser Deborah Serraciani, Vicesecretaria del Partido Democrático (PD) y quien ya adelantó en su momento lo que sucedería con la elección de Sergio Mattarella para la Presidencia de la República (dejó claro que todo sucedería a partir de la cuarta votación, y así fue). Otra persona en la que Renzi podría poner su confianza es en la joven María Elena Boschi, Ministra sin cartera encargada de Reformas Constitucionales, pero resulta difícil por lo inmersa que se encuentra en este momento en dichas reformas constitucionales. Todo esto sin olvidar que debe tener en cuenta la opinión de su socio de gobierno Angelino Alfano, ya que Lupi, anterior titular de la cartera, pertenecía al partido de Alfano y no al de Renzi. Es posible que Renzi imponga el que no sea alguien del NuovoCentrodestra sea quien vaya a parar a su puesto de máxima confianza, pero para ello se guarda la carta de que también hay que nombrar a un nuevo titular de la cartera de Asuntos Regionales, vacante desde que la ministra Lanzetta, del PD, presentara su dimisión a finales de enero.

Por cierto que en medios de comunicación italianos se habla de la posibilidad de que esa cartera se transfome en un ministerio para el Sur de Italia, lo que tiene mucha lógica. El llamado Mezzogiorno ha sido un feudo tradicional de la democraciacristiana, pero a partir de 1994 pasó a ser terreno de Forza Italia. Ahora es la Liga Norte la que busca sus votos, pero Renzi, como buen demócratacristiano, sabe que es un territorio a reconquistar por su partido y que debe hacerlo cuanto antes. No olvidemos, además, que el Presidente de la República, el palermitano Sergio Mattarella, es oriundo precisamente de una de las provincias que componen el Sur de Italia (la isla de Sicilia).

Mientras, el Gobierno enfila su segunda año de existencia en mitad de muchas incertidumbres. Renzi tiene la esperanza de que lleguen pronto las inversiones y de que la inyección de estímulo del Banco Central Europeo (BCE), junto con los fondos del llamado Plan Juncker, sirvan para dar aire para una economía maltrecha donde el paro se mueve todavía en niveles tolerables (poco más del 10%) pero que no oculta la realidad de que el talento se está marchando del país y que Italia pierde población activa a la par que gana población jubilada, envejeciendo el país a velocidad de vértigo.

En ese sentido, Renzi juega de momento con la ventaja de no tener rival político, con un Grillo a la baja, un Berlusconi que es pura decadencia y un Salvini que todavía tiene que crecer mucho para configurarse como una auténtica alternativa. Pero esto no durará mucho, como la masa crítica con Renzi dentro del PD no durará tampoco mucho callada y obedeciendo si el Gobierno no es capaz de transformar el paisaje económico y vuelve a ser una auténtica potencia industrial. De momento, Renzi renuncia a tener cerca a su hombre de máxima confianza (Delrio) para que este controle todo el tema de las infraestructuras, y veremos si acierta o no con la elección de alguien para un puesto tan sensible como es la subsecretaría de la presidencia del Consejo de Ministros.

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