Sintonías muy distintas
No es un debate. Son afirmaciones distintas desde sintonías muy distintas. Cameron responde al Papa Francisco sobre los límites del Derecho que “en una sociedad libre existe el derecho a causar ofensa a la religión”. El embajador francés en Níger, mientras tanto, recomienda a los ciudadanos franceses no salir a la calle: 6 iglesias quemadas, 2 muertos en los disturbios, muestran que el derecho a “causar ofensa” comporta consecuencias y tragedia. Algo va mal.
¿Cuáles son las diferencias de sintonía entre Cameron y el Papa Francisco? En primer lugar debemos tener en cuenta que un plano es el real, o cómo está articulado un derecho y otro, muy distinto cómo se desearía articular. Es significativo que en Francia, en los días tensos de los asaltos terroristas, la fiscalía de París procesaba al cómico Dieudonne, precisamente por unas palabras recitadas en su actuación (se trata de un cómico comediante), poniéndose del lado del asaltante al supermercado kosher. Las declaraciones de Dieudonne fueron consideradas apología del terrorismo y su proceso sigue su curso. La cuestión es muy clara: si hay un caso, como el de Dieudonne, donde no se aplica la libertad de expresión, o la `libertad de injuria`, entonces el derecho de libre expresión no es un derecho absoluto. Está claro que cualquier injuria que en Londres o París se publicase, amparándose en ese pretendido `derecho universal`, causando un perjuicio claro a, por ejemplo, una compañía de alimentación, conllevaría una reacción de los intereses afectados hasta conseguir el cese o desestimiento de la acción injuriosa. Ni siquiera se aplica, jurídicamente la `excepto veritatis`: la difusión de lo cierto hecha con ánimo y resultado de injuriar gratuitamente lesiona el honor del afectado, que el Derecho considera bien jurídico. La jurisprudencia de siglos en Inglaterra arroja un sinfín de casos que crean ley, siendo la ofensa gratuita y cierta, igual que la calumnia, un libelo.
El problema es que Cameron habla de una utopía liberal, mientras el Papa Francisco habla de una reclamación desde el Derecho objetivo, recogida en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre muy clara: el hombre tiene honorabilidad, y esa honorabilidad debe ser protegida.
Las consecuencias de esa ignorancia están a la vista de todos. Si bien es cierto que no es conforme a derecho la respuesta a Charlie Hebdo con violencia, cabe la repuesta a Charlie Hebdo en Derecho, partiendo que ningún, ningún derecho del hombre es universal. Siguen sucediéndose las respuestas con atentados y muertes a unas caricaturas de pésimo gusto. Ciertamente tienen derecho a publicar lo que se les antoje. Pero existe el derecho `represivo`, no `preventivo` para impedirlo. Ojalá los editores de París lleguen a darse cuenta de que haber sufrido el tremendo crimen no es motivo para ofender gratuitamente a nadie. Como tantas veces, cristianos, judíos y también musulmanes `de a pié` son los que pagan facturas con su vida inocente.