Iraq y Siria, la doble ´tentación´ de Erdogan
Al mismo tiempo que el Parlamento turco discutía la moción sobre la intervención militar contra el Isis, una noticia daba la vuelta al mundo dejando a Turquía en una situación un tanto embarazosa. Los yihadistas del Estado islámico anunciaban la intención de abrir un consulado justamente en Turquía, a la que definían como “país amigo”. Una representación diplomática en el exterior del califato islámico le permitiría ofrecer servicios consulares a todos los que quisieran unirse al Isis, y también recoger fondos para la yihad.
Ankara desmintió rápidamente la noticia, diciendo que carecía de fundamento, pero queda la ambigüedad turca que en estos años de guerra nunca ha sido totalmente aclarada. Según Giuseppe Bettoni, profesor de Geopolítica en la Universidad de Roma, es bastante inverosímil que Turquía pueda apoyar o incluso aliarse con el Isis. En su opinión, estamos asistiendo a la redefinición de un área, la medioriental, y un mundo, el islámico, que nunca volverán a ser los mismos, para bien y para mal.
La noticia, luego desmentida, de la voluntad por parte del Estado islámico de abrir un consultado en Estambul ha generado un cierto malestar en un país ya acusado de apoyar clandestinamente a los fundamentalistas islámicos, ¿qué le parece?
Si Turquía ha apoyado o sigue apoyando al Estado islámico, nunca lo dirá abiertamente. Al contrario, durante esta crisis Turquía ha apoyado y protegido a los refugiados kurdos. Además, comenzó una negociación con los peshmerga que combaten contra el Isis.
¿Qué tipo de negociación?
Un apoyo incluso militar para los kurdos que combaten en Siria contra el Isis. Sinceramente, no tengo ni idea de por qué motivo Turquía, un país laico y suní, tendría que defender al Isis, que en este momento lucha contra otras musulmanes, entre ellos los kurdos. Lo encuentro francamente inverosímil, no se entendería ni política ni territorialmente.
Históricamente los turbos han sido enemigos de los kurdos y Erdogan ha estado siempre cercano a ideologías fundamentalistas como la de los Hermanos Musulmanes.
Sí. Desde siempre Turquía ha querido acabar con los kurdos, de eso no hay duda, pero de hecho Erdogan ha abierto canales de comunicación precisamente con ellos para tratar de llegar a un acuerdo militar entre Turquía y los peshmerga. Erdogan puede ser todo lo musulmán que queramos, religiosamente hablando, pero las fuerzas armadas turcas nunca obedecerán la orden de aliarse con una fuerza islámica mal vista en este momento hasta en Arabia Saudí.
Excluye entonces completamente esa posibilidad, a pesar de las muchas ambigüedades de Ankara, que permitió el paso de voluntarios fundamentalistas y se dice que también de dinero para el califato islámico.
Insisto en que es muy improbable que un líder, aunque sea de un partido religioso, llegue a un acuerdo con un grupo de fanáticos. Es verdad que Erdogan está trabajando para volver a ciertos valores incluso fundamentalistas de la religión islámica en su país, pero comprometer su apoyo social para pactar con el diablo me parece imposible.
El Parlamento turco está discutiendo sobre la intervención militar. Si se aprobara, ¿qué cambiaría en el escenario de guerra?
Una intervención en el frente, desde el punto de vista logístico habría que verlo. Políticamente, cambiaría mucho, sería un gran paso adelante.
¿En qué sentido?
No sé cuánto interés tiene Turquía en entrar en la polvareda siria. Hay que distinguir una operación que tiene como objetivo defender la línea de frontera y por tanto contener a los miles de refugiados kurdos, de una intervención en Siria que trata de desestabilizar el actual reparto de poderes en el país.
¿Y una intervención en Iraq?
Por lo que respecta a Iraq, el discurso es diferente. Turquía podría decidir entrar militarmente en el territorio por una cuestión de relación con los kurdos, para establecer y optimizar la situación en el Kurdistán. Sustancialmente, Turquía tiene dos opciones: o negocia con los kurdos o les declara la guerra.
Volviendo a Siria, Assad parece haber salido de escena. De hecho, con los bombardeos americanos asiste a una guerra dentro de su casa, ¿es así?
Assad está recuperando más fuerza que nunca. Es verdad que los americanos no han querido negociar con él, pero no están atacándole a él sino a su enemigo. Assad se está reforzando políticamente, los bombardeos americanos están jugando a favor de Assad y de las fuerzas contrarias a Assad que ahora tienen que defenderse del Isis.
¿Cómo prevé que se puede desarrollar la situación?
La cuestión siria camina hacia un reparto en dos, tres, hay quien dice incluso cuatro partes, y yo también lo creo, de las zonas territoriales internas. Assad tendrá un área y las demás partes implicadas, otras. Pero Assad no desaparece del escenario, entre otras cosas porque cuenta con un grupo muy grande y heterogéneo de población siria que está con él.
¿Sustancialmente se podría decir que esta crisis está redimensionando no solo el escenario medioriental sino todo el mundo islámico?
Absolutamente sí, se está produciendo una redefinición de Siria, de Iraq y también del Líbano. Hay que dejar de reducir este conflicto a una guerra entre chiítas y sunitas: hay mucho m´sa en el campo, la situación es mucho más compleja. Estos grupos de población están buscando nuevos territorios y nuevas situaciones políticas. Por desgracia, es algo que no sucederá mañana, tendrán que pasar años y todavía se derramará mucha sangre.