LA GUERRA DEL OLIVO

España · Ángel Satué
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10 septiembre 2014
Lo de Siria se podría decir que se veía venir, y lo de ISIS es un efecto. A la primavera árabe, que muchos bien intencionados occidentales vieron como una especie de Revolución Francesa y mayo del 68, ha seguido la desestabilización de toda la cuenca sur del mar Mediterráneo. Han caído los regímenes de Túnez, Libia y Egipto. Líbano sigue contando con presencia de las Naciones Unidas en la difícil franja-frontera de contención con Israel. Turquía e Israel hace meses tuvieron una rencilla marítima, sin contar con los problemas internos del moderado gobierno islamista turco con kurdos, y con los reformistas. El contencioso entre Siria e Israel por los Altos del Golán, sigue latente. Nada nuevo bajo el sol mediterráneo.

Lo de Siria se podría decir que se veía venir, y lo de ISIS es un efecto. A la primavera árabe, que muchos bien intencionados occidentales vieron como una especie de Revolución Francesa y mayo del 68, ha seguido la desestabilización de toda la cuenca sur del mar Mediterráneo. Han caído los regímenes de Túnez, Libia y Egipto. Líbano sigue contando con presencia de las Naciones Unidas en la difícil franja-frontera de contención con Israel. Turquía e Israel hace meses tuvieron una rencilla marítima, sin contar con los problemas internos del moderado gobierno islamista turco con kurdos, y con los reformistas. El contencioso entre Siria e Israel por los Altos del Golán, sigue latente. Nada nuevo bajo el sol mediterráneo.

Sin embargo, no se puede entender el conflicto sin acudir a la geoestrategia económica. Se trata de que en el Golfo hay mucho gas que se desea exportar, Siria mediante, a través de un gasoducto. Se trata de que el gasoducto patrocinado por EE.UU. llamado Nabucco, y que haría la competencia al South Stream ruso (Gazprom) que suministra a Europa central y oriental, hace escasos meses pasó de proyecto a nada. Se trata además de que un conflicto en la región encarecerá el petróleo y el gas, llegando en pocos días el otoño, lo que dejará a Europa más endeudada. Además, China saldrá realmente perjudicada, pues ralentizará todas sus expectativas de crecimiento, basadas en una industria intensiva en petróleo y con exiguas reservas, a diferencia de EE.UU., que busca y tiene ya su autosuficiencia.

El régimen sirio es evidente que está siendo desestabilizado por fuerzas rebeldes. Estos rebeldes, en su mayoría islamistas radicales que ahora militan en un nuevo califato, durante unos meses han tenidos los mismos intereses en la zona que Occidente en un loco juego de intereses. Si un dictador sirio además, permanece en su satrapía, y gasea presuntamente a su pueblo, un mínimo sentido común nos dice que ha ido más allá de lo admisible para permanecer en el poder. Es, no obstante, una guerra civil. Su guerra civil. Una guerra a fin de cuentas cuasi-tribal, y de religión (entre chiíes y sunníes).

Los intereses de EE.UU. y de su seguridad son globales y Obama advierte que están en juego. Lo lleva diciendo desde que se pronunció favorablemente a la intervención armada en caso de demostrarse el uso de armas químicas por Siria (esperemos que con mejores pruebas que en Irak). El apogeo del ISIS, posiblemente por mucha indecisión inicial respecto al origen verdadero de la revuelta siria, ha conjurado el ataque a Siria, al menos por EE.UU. Otra cosa es Israel, que parece que ha dado un toque de atención este verano a sus vecinos, todos, sobre su determinación en Gaza pero sobre todo, fuera de Gaza. A mí no me toquéis.

La OTAN, incapaz de tener dos frentes. Uno con Rusia, en Ucrania, y lo que puede venir en Moldavia y Georgia, y menos probable en los países del Báltico. Otro nuevo en Irak. Necesitaría contar con más apoyo presupuestario y de la opinión pública atlántica. Parece vivir del pasado, y esperar su oportunidad en el tentadero galés de la pasada cumbre de Cardiff. Rusia puede amenazar a Arabia directa o indirectamente -según medios anglos-, a modo de represalia si EE.UU. ataca a Siria. Por otro lado, Qatar enfrentado a  Emiratos Árabes Unidos y Egipto en Libia. Irán, la única potencia junto con Turquía que saldrá reforzada en la región, si bien, necesita a tal fin un Irak favorable (chií). Además, recordemos que todos los países de la zona llevan una década, o al menos un lustro,  armándose hasta los dientes, junto con los del sudeste asiático.    

Francia e Inglaterra (ésta desde sus bases de Chipre y Gibraltar) interviniendo, junto con los americanos, recuerda a los antiguos protectorados previos a la Primera Guerra Mundial en Oriente Próximo (o guerra civil europea). Una especie de cesión del testigo sabiendo que EE.UU. mira al Pacífico (que ya he dicho que se está armando, por varios conflictos fronterizos y de soberanía). Alemania, mientras amplia influencia, mira a Rusia en un equilibrio que se me escapa salvo que haya dos Rusias en estos momentos. Alemania solo hay una.

Y luego la ONU, ese organismo donde todo es posible. El actual Consejo de Seguridad claramente dividido no propiciará una solución a esta guerra civil que se vive en Siria, ni al empuje del ISIS, y que puede ser un conflicto regional de graves consecuencias para la humanidad.

Es evidente que los regímenes totalitarios son la causa de estos lodos. Es evidente que apoyar regímenes fanáticos, donde no rige el principio de reciprocidad, y que buscan peligrosamente la hegemonía, y de una u otra manera, financiarles a cambio de materias primas, está comenzando a ser un alto precio que pagar.

Como españoles, somos mediterráneos. La región de los olivos. La región que debiera ser de la paz y de la concordia. La región donde deberían prevalecer los intereses regionales de los países bañados por este mar. La guerra del olivo. Puede haber empezado. De alguna manera no existe paz en los corazones de los hombres, y se ha perdido la de la humanidad. Profundizar en la amenaza y la fuerza, por parte de todos,  es hablar de la destrucción del hombre y del planeta. El conflicto una vez se implique abiertamente Occidente es de imprevisibles consecuencias. Salvo una, el olivo será también símbolo de muerte. Es necesario que todas las organizaciones árabes paren el ISIS, y es momento de Occidente de buscar la intervención de la ONU. De nuevo la ONU, y de nuevo Rusia y China. En estos momentos, Occidente solo puede hablar con  China, que en el centro del mundo espera su momento, … como la OTAN.

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