Verdades huérfanas en la tierra de Pujol
¿Qué pasaba con la prensa de investigación, el “cuarto poder” en Cataluña desde la transición? En Cataluña no ha habido en 30 años un “Watergate” hasta hoy. No lo había permitido Jordi Pujol.
Algún día se estudiará lo que se está escribiendo hoy, los telediarios vertidos, la prensa digital, sobre la “sorpresa” que ha dado Jordi Pujol. Días de vergüenza para el periodismo catalán. Que tras 30 años de Pujol como “rey desnudo” pueda hablar un Artur Mas sin vergüenza en la prensa de su “sorpresa y su compasión”, quiere decir que hay mucho más por contar. Cualquiera que conozca la realidad política y empresarial de Cataluña tiene datos, conoce lo endémica que ha sido la corrupción. La Cataluña del 4% no era una leyenda urbana. Era una plaga sin extirpar. Esa Cataluña vivió los años de pacto con el presidente Aznar, recibiendo subvenciones sin parar, desde la música hasta las concesiones. Autopistas, radio, juego, transporte… todo debía jugar a esa consigna de la patria catalana, que lo hacía todo “legal”. Había que “estar”.
Un Mingote genial mostraba una mujer grande, posesiva de achicada pareja, perplejo con su bigote y que recibía su amonestación: “Corrupción, malversación, falsificación, fortunas inmensas y tú ahí, ¡tan decente!”. En la “crema” catalana “había que estar” y el sistema funcionaba bien. ¡Periodismo catalán! Hace 30 años, en una edad de oro y papel, se firmaba con firmas grandes; Pla es un referente de periodismo literario, pero sobre todo, de compromiso con la objetividad. La Vanguardia estaba considerada como prensa independiente de calidad. Para muchos, en mi generación, Horacio Sáenz Guerrero era un cardenal de los templos de linotipia. Recuerdo buscar “la verdad” en la precisión periodística como algo que compartíamos periodistas de muy distintas convicciones. Doy fe de que existió. Y si vamos ahora con precisiones, la pregunta es: ¿por qué ante tamaña y endémica corrupción social nadie consiguió, en 30 años, mostrar al Rey desnudo? ¿Cómo duró tanto tiempo la perversión? La respuesta es muy precisa y contundente: por la ideología del movimiento nacionalista, que controlaba Pujol.
Terra ignota, tierra recortada
Les invito a un viaje breve por la reflexión. Y los datos. Hablamos de unas cantidades de docenas de millones de euros burlados de las arcas públicas en una Cataluña donde el índice de pobreza ha crecido el 48% en cinco años. Donde hay ya desnutrición infantil. Una Cataluña que lucha con un déficit fiscal que no mengua, donde se recortan hospitales pero sigue TV3 con su parafernalia de canales mientras medio millón de catalanes, según el Ministerio de Hacienda (Gestha), viven por debajo del umbral de la pobreza. Hablamos de una Cataluña donde el partido de Jordi Pujol ha trabajado intensamente la división entre los catalanes como prioridad en su agenda. “España nos roba”, iba repitiendo constantemente el supuesto ladrón. Por eso, cuando un President de Comunidad Autónoma, como Mas, habla primero de “sorpresa” y después de “compasión” por Pujol, debo confesar que mi sorpresa es mayúscula.
Compasión para con Pujol, el hombre atrapado. Pero compasión, sobre todo, con millones de personas que han sufrido no sólo los recortes en hospitales, escuelas y servicios públicos, sino el tremendo recorte mental que ha sembrado el nacionalismo a base de mentiras.