Por respeto
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5 mayo 2014
Él siempre tan volátil, ella siempre tan seria. Él tan de un lado para otro, ella tan quieta. Él tan aire, ella tan fuego y tierra.Él siempre tan volátil, ella siempre tan seria.
Él tan de un lado para otro, ella tan quieta.
Él tan aire, ella tan fuego y tierra.
Todo aparentemente.
– Estaré allí la semana que viene.
– ¿Ah, sí?
– Sí.
Habían pasado los años. Ninguno de los dos habría imaginado, cuando se conocieron, que la relación fuese a haber continuado durante tanto tiempo. De manera intermitente, pero tiempo. De manera inesperada, pero tiempo. De manera absurda, quizás, pero tiempo. Permanecía de algún modo en el tiempo.
Él no dijo nada más.
Ella se mantuvo en silencio.
Volverían coincidir en la misma ciudad.
Como cuando se conocieron, que fue por coincidencia.
Él prefirió mantener su coraza con ella.
Ella prefirió respetarlo. Y guardarlo.
Así que colgaron el teléfono.
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