12 trampas
La historia gira entorno al policía Danny Fisher, al que un peligroso delincuente quiere hacerle la vida imposible, puesto que éste le acusa de haber matado a su novia, aunque realmente fue un accidente. Para ello secuestrará a la mujer del agente. Para poder rescatar a su amada, Fisher tendrá que superar las 12 pruebas impuestas por el malvado Miles Jackson.
La trayectoria del cineasta Renny Harlin ha consistido en crear productos de puro entretenimiento para un amplio espectro de público. Sus trabajos se cuentan por éxitos de taquilla con Deep Blue Sea (1999) o Máximo riesgo (1993). Sin embargo, en esta ocasión nos ofrece una película nada singular porque este largometraje recuerda a la tercera parte de La jungla de cristal (1995), donde los protagonistas tenían que descifrar una serie de pruebas, ofreciendo un desenlace muy similar. También esta producción fotocopia a Speed (1994). Si no me creen, piensen ustedes en esa cinta en la que aparecían Sandra Bullock y Keanu Reeves tratando de detener un autobús a toda velocidad. En este caso habría que cambiar el autobús por el tranvía. Por otra parte, este largometraje huele a la mitología romana de los 12 trabajos de Hércules o la popular de Asterix y las doce pruebas (1976) por su título. Por tanto, la originalidad brilla por su ausencia.
Sin embargo, esta película tiene un punto a su favor, ya que se trata de una cinta exclusivamente de acción en la que las persecuciones y explosiones mantienen al espectador en tensión en todo momento. A esta clase de largometrajes se le puede denominar "historias sin trampa, ni cartón"; es decir, no existe diferencia entre el material que ofrece el trailer y lo que nos vamos a encontrar en la sala de proyección. Por esta razón podemos decir que se trata de una película sincera, que no engaña a nadie.
Finalmente, el gran atractivo para niños y adolescentes se encuentra en poder contar con la presencia de John Cena, un actor que proviene del mundo de la lucha libre americana. Su interpretación no llama la atención, pero hay que reconocer que da el tipo.