Entrevista a Ann Cavoukian

´Se pueden encontrar caminos para maridar salud pública y privacidad´

Entrevistas · Ángel Satué
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11 enero 2021
La Dra. Ann Cavoukian es reconocida como una de las principales expertas en privacidad del mundo. La Dra. Cavoukian sirvió durante tres mandatos como Comisionada de Información y Privacidad de Ontario, Canadá. En aquel tiempo creó el concepto de Privacidad desde el Diseño (Privacy by Design), un marco que busca integrar proactivamente la privacidad en las especificaciones de diseño de las tecnologías de la información, la infraestructura de redes y las prácticas comerciales, logrando así la mayor protección posible. En la actualidad, es la directora ejecutiva del Centro Global de Privacidad y Seguridad por Diseño. También es profesora en la Universidad de Ryerson y en la Universidad Estatal de Arizona. Además, es autora de dos libros, “The Privacy Payoff: How Successful Businesses Build Customer Trust” con Tyler Hamilton, y “Who Knows: Safeguarding Your Privacy in a Networked World” con Don Tapscott. Ha recibido numerosos premios en reconocimiento de su liderazgo en materia de privacidad, entre ellos el de ser nombrada como una de las 25 mujeres más influyentes de Canadá.

La Dra. Ann Cavoukian es reconocida como una de las principales expertas en privacidad del mundo. La Dra. Cavoukian sirvió durante tres mandatos como Comisionada de Información y Privacidad de Ontario, Canadá. En aquel tiempo creó el concepto de Privacidad desde el Diseño (Privacy by Design), un marco que busca integrar proactivamente la privacidad en las especificaciones de diseño de las tecnologías de la información, la infraestructura de redes y las prácticas comerciales, logrando así la mayor protección posible. En la actualidad, es la directora ejecutiva del Centro Global de Privacidad y Seguridad por Diseño. También es profesora en la Universidad de Ryerson y en la Universidad Estatal de Arizona. Además, es autora de dos libros, “The Privacy Payoff: How Successful Businesses Build Customer Trust” con Tyler Hamilton, y “Who Knows: Safeguarding Your Privacy in a Networked World” con Don Tapscott. Ha recibido numerosos premios en reconocimiento de su liderazgo en materia de privacidad, entre ellos el de ser nombrada como una de las 25 mujeres más influyentes de Canadá.

¿Qué es privacidad para Ann Cauvakian? ¿Está la libertad amenazada de algún modo en nuestra sociedad digitalizada?

Permítame que le cuente una historia personal y familiar. El origen de mi familia es armenio. Mis abuelos lograron escapar del genocidio armenio por muy poco en 1915. Mi abuelo estaba en prisión. Con mi abuela tuvo tres hijos. Mi padre tenía tres años en ese momento y mi abuelo, para salvar a mi familia, dado que dibujaba muy bien y era un artista, pintó un dibujo realmente hermoso. Mi abuela me contó la historia de que mi abuelo siempre le hacía llevar papel de pergamino y carbón. Era un artista. Una noche, gracias a que se fijó en el rostro de los generales turcos, y dado que realmente le encantaba preguntar a quienquiera que fuera, y que tenía una vela y muy buena memoria, que por cierto es la fortaleza de toda sociedad, pasó la noche dibujando el rostro de uno de esos generales. A la mañana siguiente, logró con mucho esfuerzo que uno de los soldados le diera el retrato a aquel general, con los saludos de mi abuelo, pero ¿quién querría mirar aquel dibujo? Pensó que iban a morir asesinados aquel día, pero apareció un soldado a caballo a una velocidad vertiginosa, que había sido enviado por el general del retrato, pues éste quería saber quién lo habría retratado tan bien en aquel papel de pergamino, a carboncillo. Ese gesto significó la libertad para mi familia. De lo contrario, hoy yo no estaría aquí.

Las historias asociadas con la libertad para las personas que somos armenias, como yo, son muy importantes. Mi abuela me dijo, dado que yo era especialmente “devota” de la privacidad, que en prisión sufrió la ausencia de la misma. Que una palabra en aquel tiempo a favor de los armenios era la muerte en el acto. Los susurros, evitar que supieran nuestras conversaciones, todo eso, me hace pensar que en el mundo que queremos vivir, necesitamos privacidad.

Sin duda, siempre cuando tienes una misión en la vida, que nace desde muy dentro de ti, hay un motor como este testimonio personal. ¿Se atreve a predecir cualquier cambio social motivado por nuestra realidad digital? Tal vez, ¿un nuevo concepto de lo que entendemos por vida privada?

Por supuesto, hay que decir a la gente que tienen que ser muy cuidadosos en el mundo digital. Por ejemplo, sobre cómo compartir su información, a quién se revela, etc. porque hay riesgos que no se pueden ni imaginar para la privacidad de los datos personales que te pueden perseguir en algún momento de tu vida, pero también quiero dar a la gente esperanza. Por lo general, la gente piensa que la vigilancia es tan desenfrenada ahora que no podemos pensar que vayamos a tener cualquier forma de privacidad en el futuro y eso simplemente no es cierto. Lo que quiero decir es que la gente no debe darse por vencida, ni entrar en este tipo de pensamiento porque es muy destructivo. Siempre tendremos privacidad, aunque pueda ser más difícil de lograr a veces y otras veces menos, pero les diría que no se rindan, que no miren las probabilidades de no tenerla. Recuerde la historia de mi abuelo que le acabo de contar. Si hubiera pensado en las probabilidades de liberarse y si hubiera hecho caso a aquellos que le dijeron que si estaba loco, no estaríamos hoy aquí hablando. Simplemente no va a suceder que no haya privacidad, y no se olvide de que también existen probabilidades de que se hagan cosas que aumenten la privacidad.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, en este sentido, quiero resaltar a sus lectores que hay ciertos conceptos relevantes, de los cuales se oye poco, como por ejemplo la “identidad centralizada” o “descentralizada”, que influyen en la privacidad. Se están sentando las bases para lo que se denomina “la identidad descentralizada”, que consiste en que grandes empresas como Microsoft, IBM… permiten a los individuos controlar su identidad y datos personales gestionados por estas empresas, en lugar de tener su identidad localizada en una base de datos centralizada como hacen Google o Facebook. En este sentido, la base de datos se movería a un lugar seguro, bajo el control del individuo que puede controlar cómo están identificando la información que da, así como contrarrestar el tipo de vigilancia que se pueda estar llevando a cabo. Lo digo como ejemplo de que no podemos rendirnos, piense en Apple y en su encriptación de extremo a extremo y cómo está creciendo a lo grande, y que también aumentarán el número de nuevas técnicas de protección, así que no hay que rendirse en relación a la privacidad. Hay que buscar maneras de proteger tu propia información, especialmente en el mundo online, en especial en estos tiempos de Covid donde todo es digital, y tomar algunas medidas para proteger tu identidad online, teniendo cuidado en esta área y sobre todo, reitero, no rendirse. El mundo de la privacidad es un mundo en crecimiento, en desarrollo.

¿Cree que la gente, a pesar de las advertencias sobre privacidad, da sus datos personales muy alegremente a todo aquel que le se los pide?

En líneas generales, le lleva tiempo a la gente aprender por qué necesitan tener un mayor control sobre su información y no sólo dejarlo en manos de otros y así, las empresas van teniendo un conocimiento adicional extra, por lo que conocer tu propia información es crítico. Tenemos políticas de privacidad desde el diseño, regulaciones sobre privacidad, acceso a la información que tienen las compañías de nosotros, y sabemos cómo los datos nos pueden afectar en manos de terceros. Podemos hacer todo esto. Pero también, por otro lado, muchas empresas disponen de certificados de privacidad, desde el diseño, y les ayuda. A mí me han dicho muchas empresas que les sirve para construir una relación comercial basada en la confianza con sus clientes.

¿La transparencia en la gestión de las políticas de datos personales ayuda?

Sí. Esta trasparencia con los datos personales, en realidad, como me reconocen las empresas, les beneficia porque tienen miles de datos personales, y la intervención de las personas (los titulares de los datos) les ayuda a catalogar los datos personales, actualizarlos, desecharlos, registrarlos… de manera que aumenta la calidad de la información…

Al tener las personas acceso a sus propios datos, realmente se produce una situación ganadora (“win-win”) para todas las partes involucradas, donde no se enfrentan los intereses de unos contra los de otro. De hecho, la privacidad desde el diseño y que se permita el acceso a los datos personales almacenados por las compañías a los propios interesados es sobre todo un juego en el que ganan todos, y no donde uno gana si el otro pierde, de suma cero. Las empresas ganan sobre la calidad de la información, y las personas, por tener control sobre la información que quieren compartir con las empresas.

¿En qué medida sus siete principios fundamentales de la privacidad pueden parar lo que parece una imparable tendencia a trasformar la noción de privacidad después de la aparición del Covid-19?

No voy a sugerir que este no es un momento difícil. Siempre que se tiene en frente una pandemia como el Covid-19 lo es, y los gobiernos tienden a querer aprovecharse y acceder a tu información, tu información personal. El miedo es libre, la gente está tan asustada que dicen que está bien que sea así, que si tienen que revelar su información que no hay problema, pues quieren estar seguros, saber quién tiene Covid y quién no. Contra esto he estado luchando fuertemente estos últimos tiempos y reamente no podemos aceptar esto. No sé si existirá en España, supongo que sí, pero en Canadá hay una App que rastrea los contactos que uno haya podido tener, en relación al Covid, que se basa en el marco Apple-Google, que protege totalmente la privacidad.

¿Por qué es bueno para la privacidad?

En primer lugar, un individuo puede elegir descargar la aplicación o no, que le enviará algo parecido a ´notificación de exposición´. Se le notifica que ha estado expuesto a alguien que está a dos metros de usted y que ha dado positivo en el test de Covid y la fecha. Después, en segundo lugar, este individuo luego decide qué hacer con esta información, si ir a su médico de cabecera o a las autoridades de salud. Apoyo esto totalmente porque desde el punto de vista de la privacidad es 100% efectivo.

¿Qué le diría a la gente sobre su privacidad en tiempos de pandemia?

Lo que trato de decirle a la gente cuando hago todas mis entrevistas con los medios de comunicación es que tenemos formas de proteger la privacidad y mejorar la protección contra el Covid, y en realidad podemos hacer ambas cosas, no se puede concebir una cosa contra la otra. De hecho, 300 epidemiólogos de todo el mundo, de 26 países, escribieron una carta abierta al gobierno de sus respectivos países y dijeron que, si los estados iban a involucrarse en la vigilancia para realizar pruebas de Covid, etc.… debían trabajar la privacidad en los métodos de notificación asociados con la vigilancia, pues de otro modo la gente no se conformará ni participará en los programas de vigilancia y será una estrategia condenada al fracaso. Por tanto, se pueden encontrar caminos para maridar salud pública y privacidad. Ambos aspectos son relevantes. Debemos descartar los juegos de suma cero, o de ganar o perder, de todo o nada. La privacidad no trata de eso, sino de que su preservación es buena, incluso en la estrategia de vigilancia de la salud pública, pues fomenta la participación de la gente (en las medidas de salud pública que incluyen aplicaciones y notificaciones digitales).

Por último, la gente debe comprobar si las App de vigilancia y notificación del Covid que se instalen están desarrolladas bajo el marco o los estándares de Google-Apple, porque al comienzo, por ejemplo, Australia e Inglaterra no lo hicieron bajo este marco, y apenas hubo gente que se la descargó, porque entendieron que no protegía su privacidad. Ya no es así, pues ambos países cambiaron hacia el marco de juego fijado por Apple-Google y, como resultado, la App tuvo mucho más éxito entre la población.

Alemania, por su parte, con este marco de Apple-Google desarrolló hace unos meses otra App, y a las 24h tuvo más de 6.5 millones de descargas y creo que han llegado a los 40 millones, porque Alemania tiene una excelente política de protección de datos personales. Alemania dijo a sus ciudadanos que no podía identificarles, que era imposible gracias al excelente desarrollo realizado por Apple y Google.

¿Puede ser la privacidad el instrumento para solucionar los problemas de desigualad que puedan generarse por el uso de datos (unas personas como contribuyentes netos de datos personales a las empresas, y otras, todo lo contario)?

Es muy buena pregunta, y no es una pregunta fácil de responder, porque dependerá de los sujetos, de las personas, y del uso que hagan de sus propios datos personales, y realmente mucha gente no hace nada al respecto, aunque espero que adopten alguna protección para protegerse a ellos mismos. A medida que las personas participen en actividades que puedan comprometer sus datos personales, y lo hagan aplicando una perspectiva de privacidad, esto puede tener un impacto significativo en términos del valor añadido que las personas pueden obtener del uso de las tecnologías digitales (sin que sean fuente de peligro para sus datos personales).

Insto a la gente a no quedarse en un segundo plano sino a participar en la protección de sus datos y no estoy sugiriendo que no deberían revelar sus datos, sino que se pregunten ellos mismos cuando se relacionan con empresas, cuando se interesan por lo que ofrece una empresa, si su información va a ser utilizada por éstas, para qué, etc., o si la van a entregar a terceros y, después, que les trasladen la pregunta a las empresas.

Por tanto, se trata de establecer una relación mutuamente beneficiosa entre personas y empresas, de modo que aquellas estén dispuestas a conocer más de las empresas, a interesarse por los bienes y servicios que ofrecen a los consumidores, es decir, a recibir información útil de las empresas, y estas, a cambio, se beneficien de contar con los consumidores (para hacer negocio con ellos protegiendo sus datos personales). En definitiva, se trata de animar a la gente a participar y tener voz para decir lo que quieren y lo que no quieren y esto servirá a sus necesidades enormemente.

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