Rechazo a la alianza con Cuba
Las agencias internacionales dieron cuenta de los 80.000 manifestantes que llenaron calles y avenidas para protestar pacíficamente contra la Ley de Educación (LOE), instrumento que a más de violatorio de la Constitución, intenta someter las universidades y todo el sistema educativo al control del Estado, sin ocultar que el objetivo es el "hombre nuevo" mediante la imposición del pensamiento único en las aulas de todos los institutos de enseñanza. Reseñaron las arremetidas contra estudiantes, mujeres, ancianos, a quienes por cuatro veces trataron inútilmente de disolver mediante bombas lacrimógenas y líquidos urticantes. El salvaje atropello fue dirigido por un coronel, a quien Chávez condecoró el día siguiente.
Los periodistas apreciaron que la gente procuraba recuperarse para seguir manifestando y fue un copioso aguacero lo que puso final a la protesta. Un grupo de manifestantes se encuentra en prisión, "por perturbar el orden público". A diario, en todo el país, continúan las protestas contra la LOE en colegios y universidades; en barriadas populares porque falla el sistema eléctrico; las carreteras están intransitables; los servicios médicos no funcionan, las parturientas dan a luz en las adyacencias de las maternidades, donde no tienen ni personal ni recursos para atenderlas; en las fábricas e industrias del Estado, por obreros y empleados que reclaman salarios, contratos colectivos y reivindicaciones insatisfechas; por periodistas que exigen derecho a informar; por ciudadanos que protestan contra el cierre de emisoras de radio. Las manifestaciones concluyen con salvaje represión policial y orden de cárcel, como ha sido el caso del Prefecto de Caracas, la segunda autoridad de la Alcaldía, despojada de funciones y presupuesto, no obstante ser electa por más de 600.000 votos, en apabullante derrota del candidato del PSUV.
Chávez, antes de viajar a Rusia para comprar más armas y reafirmar alianzas estratégicas, asistió a la reunión de Unasur en Bariloche, donde fue patético su aislamiento pues en lo fundamental sólo tuvo apoyo firme de Evo Morales. El presidente pro tempore, Rafael Correa, debió calmar su radicalismo inicial después de una reprimenda de Lula, quien expresó que la trasmisión en vivo por la TV convertía la reunión en evento donde algunos presidentes hablaban para sus electores, más que sobre los temas de la agenda. Uribe se dio banquete con Chávez, presentando evidencias de su protección a las FARC, de sus amenazas de intervención militar y política en Colombia y de su alianza militar con Cuba. Cuando Chávez trató de refutarlo, la Kirchner pidió que las intervenciones se limitaran al texto del acuerdo final y cesaran las polémicas de orden personal. El teniente coronel, aislado y regañado, no tuvo más opción que posar para la foto final y preparar maletas para Uruguay, donde le espera un nuevo escándalo de corrupción, por la adquisición de material bibliográfico a 400 dólares por unidad, aunque su costo es de seis dólares.