¿Pero está ya todo hecho?

La primera sesión del Debate del Estado de la Nación ha sido más bien aburridita. Por la mañana Rajoy se centró casi exclusivamente en la economía. Nos contó lo que ya ha contado muchas veces: que nos ha salvado del desastre. No quiso ser triunfalista pero lo fue. Demasiado para un país con tanto paro. Y se quedó mudo en dos temas esenciales. No habló ni de educación ni del cambio de la regulación del aborto. Está cómodo en el perfil de un presidente de un Gobierno técnico.
Rubalcaba predicó para los convencidos, que cada vez son menos. El discurso catastrófico le sale mejor a Izquierda Unida. A las cinco de la tarde ya estaba todo el pescado vendido. Como si los dos se hubieran puesto de acuerdo en convertir el asunto en un mero trámite.
Rajoy no ha dicho nada sustancioso, si acaso que está dispuesto a la reforma de la Constitución, lo que supone un cambio. Como tenía que dar un titular nos ha anunciado una tarifa plana de 100 euros en las cotizaciones sociales para los nuevos contratos indefinidos. Apenas ha esbozado el futuro de la reforma fiscal. A lo peor es que cree que ya está todo hecho.