“Los progresistas moderados y pragmáticos han buscado el voto útil”

¿Hasta qué punto lo sucedido en las elecciones de la Comunidad de Madrid puede ser indicativo de una tendencia a nivel nacional?

No cabe duda que unas elecciones en Madrid, con altísima movilización (como si fuesen unas generales), con implicación directa de los socios del gobierno de la nación intentando marcar la estrategia y los discursos de campaña y con los precedentes previos de País Vasco, Galicia y Cataluña, constituyen un importante predictor de las tendencias que se están moviendo en el electorado español. La salvedad es que los sistemas de partidos regionales (el caso de Más Madrid o los nacionalistas en otros territorios) y la “regionalización de la pandemia” introducen elementos diferenciales. Pero hay algunas tendencias ya claras: 1) absorción-reunificación del centro-derecha en el PP; 2) declive de la izquierda y, en particular, del PSOE y UP; 3) mantenimiento de VOX; 4) debacle y extinción de C’s; 5) posible fragmentación de la izquierda con la extensión “limitada” del experimento Más Madrid. Y, muy importante, funcionamiento del “voto útil” pragmático y moderado, y hartazgo del guerracivilismo.

Parece haber un trasvase de votos de la izquierda a Ayuso. ¿Cómo se explica ese cambio que normalmente es poco habitual en España? ¿El discurso de la izquierda ha estado alejado de la realidad y eso le ha penalizado?

Al menos, 250.000 madrileños se han cambiado de “bando” entre el millón de volátiles de estas últimas elecciones. El salto de las fronteras ideológicas no es lo predominante entre los volátiles (salvo en las generales de 2000 y 2004), pero es habitual y con intensidades distintas según sea el momento competitivo. Ideologización, polarización y guerracivilismo han hundido a la izquierda y han motivado a progresistas moderados y pragmáticos a “votar útil” como antídoto contra tales actitudes, que son rechazadas mayoritariamente.

“La política centrista conecta con la mayoría en España”

¿Existe el centro en España?

Si el centro es la ubicación 5 en la escala ideológica, ahí habría alrededor de 9 millones de electores (18,9%), en el 4 otros casi 7 millones (14,3%) y en el 6 alrededor de otros 4,5 (9,6%) millones. A éstos hay que añadir unos 7,5 millones (16,2%) que no se ubican. En total, el 59% del electorado, entre los que predominan los más proclives a la desmovilización, los volátiles y los que deciden en términos de utilidad de su voto más que en clave ideológica, son pragmáticos, moderados, “liberales”, “progresistas”. Por lo tanto, el centrismo es mayoritario en España… y volverá a ser determinante para poner las cosas en su sitio, independientemente de que haya o no un partido que se llame de “centro”. Lo que cuenta es la “política centrista” para conectar con esta mayoría.

La indignación del 15-M, ¿se mantiene pero ha mutado y ahora se expresa de otras formas?

Los indignados de 2011 y todos los que se les han ido sumando con posterioridad no parece que hayan tenido muchas razones para “desindignarse”. La mayoría de los que la encauzaron depositando su confianza en C´s o Podemos tienen motivos para estar decepcionados, otros se quedaron en la indignación abstencionista o vagan buscando otras respuestas… Sin embargo, hoy no hay menos motivos para seguir indignados y, por lo tanto, habrá otras formas de expresarse, incluida la vuelta del bipartidismo, si son capaces de reaccionar y, sobre todo, “gobernar”.

Ecologismo, feminismo… o su reacción frente a ellas ¿son las nuevas corrientes políticas, más que la izquierda o la derecha?

Ya estaban ahí. Toman nueva forma y van complementando, si no sustituyendo, a la polarización izquierda-derecha. Hoy tenemos muchos issues o temas para competir y elegir y, sobre todo, una nueva generación en busca de expectativas de futuro. La lógica ideológica cada vez explica menos lo que nos pasa y, sobre todo, se está quedando sin respuestas ante un futuro, por lo demás, más inseguro, acelerado y cambiante. Es un momento clave para respuestas inteligentes o, cuando menos, sensibles, pero también para el “crecepelo” y la “bazofia”…

“Algunos pretenden explicar el presente desde un pasado mal digerido”

¿Empleamos demasiado gratuitamente las palabras “fascista” o “comunista”?

Sería “gratuito” si no fuese que algunos viven de ese “sálvame discursivo” para la descalificación/estigmatización del contrario o, más grave aún, para explicar el presente desde un pasado mal digerido. Para la mayoría tales argumentos discursivos o son de risa o son irritantes, por trasnochados. Y, por lo que se ve, hartan y producen el efecto contrario, convirtiéndose en un bumerán en la cara de quien no tiene otra forma de argumentar.

En las elecciones de Madrid ha habido varios actos violentos totalmente repudiables pero que no representan a la mayoría de la ciudadanía, aunque sí da la sensación de que cada vez más nuestras experiencias parece que no son comunicables. Ni la izquierda entendía a qué se refería Ayuso cuando hablaba de libertad ni la derecha entendía el riesgo que veía la izquierda por una victoria aplastante de la derecha. ¿Estamos demasiado encerrados en esquemas ideológicos que dificultan una conversación enriquecedora?

Es evidente la ceguera de quienes circulan con luces muy cortas, de manual de partido de pacotilla, bastante vagos desde un punto de vista intelectual y obnubilados por el tuiteo y el plasma. Con éstos sí que no hay futuro, salvo que sea el de la resignación y el declive imparable. Por eso, ya no hay conceptos, ni valores “propiedad” exclusiva de nadie. Y de ahí el descoloque de quienes se creen expoliados de los mismos cuando aparecen en otras manos u otras bocas, igual de dignas o con los mismos derechos. Sobre todo, si saben hacer buen uso de ellos.