´La última propuesta del gobierno es muy costosa y no resuelve el principal problema del mercado laboral´

Tras la última reunión con la patronal y los sindicatos para avanzar en la reforma laboral, la propuesta del Ejecutivo parece haber avanzado en aspectos como los referidos a la contratación. ¿Considera positivas las novedades en esta materia?

Está todo muy verde todavía. En el documento del Gobierno del día 12 de abril se alude abiertamente a cuestiones tan importantes como el coste del despido, y se dan algunas alternativas. Está bien que se hable más abiertamente, sin cortapisas. Por otro lado, el principal problema de nuestro mercado de trabajo -la dualidad entre contratos indefinidos y temporales- recibe un tratamiento muy convencional que implicará, si se lleva a cabo, muchos costes tanto para el sistema de empleo como para las empresas. También introducirá más rigideces.

El desempleo juvenil español es a todas luces uno de los grandes dramas de nuestro mercado de trabajo. ¿Cree que las ideas que ha incluido el Ejecutivo en el nuevo documento combatirían esta lacra? ¿Qué papel juega la formación en esta tarea?

En efecto, es un problema de la máxima importancia y muy severo. En esta materia, las medidas son también convencionales. Es muy complicado imaginar alguna novedosa para sacar a los jóvenes del paro. Está bien concentrar los recursos y las bonificaciones al empleo en este colectivo, pero luego en el documento se habla de muchos otros colectivos a proteger. La iniciación al empleo es fundamental en cualquier economía pero no tenemos todavía un verdadero programa nacional que aborde esta cuestión con solidez. La formación es connatural al acceso al primer empleo. Lo malo es que muchos de los jóvenes que hoy están en paro abandonaron sus estudios para acceder a trabajos que luego se han revelado insostenibles. Un drama.

¿Qué opina de la idea de adoptar el sistema austriaco de indemnización por despido? ¿Qué efectos tendría? ¿Piensa que es perfectamente trasladable ese modelo al mercado de trabajo?

Desde hace tiempo vengo opinando que las indemnizaciones de despido deberían segregarse de las cuentas de resultados de las empresas. Tendrían que pasar a un sistema de aseguramiento obligatorio (público o privado, da igual mientras sea obligatorio) en el que las primas periódicas fuesen la única vinculación de esta indemnización con las cuentas de las empresas, y no las propias indemnizaciones. Además, los titulares de los derechos serían los trabajadores, que podrían cambiar de empresa sin perder dichos derechos. Se fomentaría de esta forma la movilidad, como reconoce el documento del Gobierno, y se evitaría el enquistamiento de los trabajadores en sus puestos por temor a perder la antigüedad sobre la que se calcularía una eventual indemnización. Todos ganarían.

El Ejecutivo plantea también que se pueda igualar a la baja el coste de la indemnización del despido improcedente (45 días por año trabajado) con el de los contratos de fomento de la contratación indefinida (33 días) ¿Qué le parece?

Tiene mucho valor este planteamiento por parte del Gobierno y hay que reconocérselo. Ésta es la vía por la que hay que avanzar, sin duda.

Tanto Gobierno como sindicatos han dicho que la fecha de finales de abril es tan sólo una fecha orientativa para tratar de alcanzar el acuerdo. Este martes el gobernador del Banco de España ha urgido a emprender la reforma del mercado laboral cuanto antes porque el "mayor riesgo que planea sobre las entidades de crédito españolas" es el "desempleo masivo". ¿Es tan apremiante la reforma como dice Miguel Ángel Fernández Ordóñez? ¿Por qué?

Ya va siendo hora de que el diálogo social produzca resultados. No nos podemos permitir tanto tiempo sin avances. Las reformas del mercado de trabajo, de los mercados de bienes y servicios para hacerlos más competitivos, o la de las bases de la productividad, son necesarias para que la economía española sea más competitiva. Si no las hacemos, estaremos muchos años soportando tasas de paro estructurales muy elevadas. El desempleo es el principal determinante en estos momentos de la morosidad bancaria.

¿Qué medidas echa en falta en el nuevo documento?

Creo que las medidas relativas a la intermediación laboral no sólo no arreglan las cosas, sino que las complican. De llevarse a cabo, segmentarían la prestación de unos servicios que van a ser muy necesarios en los próximos años. No tiene sentido, en mi opinión, tratar de resolver los incumplimientos de nuestro país de las directivas comunitarias -permitiendo a las ETT actuar en sectores ahora restringidos, como plantea el documento del Gobierno- y a la vez seguir estigmatizando a estas empresas. Se las impide actuar abiertamente como intermediarios globales de empleo creando otra nueva categoría de empresas autorizadas a hacer intermediación laboral. El proceso debería ser a la inversa, es decir, permitir que las ETT, que están fuertemente reguladas y sometidas a exigentes requisitos, puedan actuar como tales agencias globales de empleo transformando su naturaleza. También, naturalmente, permitiendo que todas las empresas que cumplan los mismos requisitos puedan sumarse al mercado.

Además, echo en falta más contenido acerca de la compatibilidad del empleo a tiempo parcial con prestaciones parciales de desempleo, tanto para evitar que los trabajadores a tiempo completo pierdan toda actividad como para sacar a los trabajadores del paro completo, que es lo que más falta hace.