La sociedad civil italiana se moviliza ante el ´referendum´

El último en acudir al rescate de Renzi ha sido un cocinero, Massimo Bottura. Su restaurante, Osteria Francescana, situado en la ciudad de Módena y galardonado con tres estrellas Michelin, fue elegido recientemente, en Nueva York, el primero de la lista en ´The World’s 50 Best Restaurants Awards 2016´ . En ese sentido, nada mejor que un virtuoso de la gastronomía para insuflar ánimos a una campaña en la que el Primer Ministro Renzi se encuentra demasiado solo. Bottura, además de pronunciarse por el sí en el ´referendum´, se refirió a ese espíritu negativo, casi derrotista, alérgico a cualquier cambio, a asumir riesgos, que impera en un sector del país y que el primer ministro se obstina en transformar. Dijo al respecto: ´El referéndum es una cuestión cultural antes que política. Si gana el no, me vienen ganas de dejarlo todo e irme al extranjero. Doy las gracias a mi país, que me ha dado muchísimo, cierro y reabro en Nueva York. La cuestión no es si Renzi o Grillo. Es esa lógica de que en Italia no puede hacerse. Si vence esa lógica, se acabó. Por desgracia, muchos jóvenes se rinden antes de combatir. Dijimos no a los Juegos Olímpicos, renunciando a 2.000 millones de dólares del COI´.

Con esto último el chef se refería a la negativa de la nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi (perteneciente al partido de Grillo, el Movimiento Cinque Stelle), a que la ciudad fuera candidata a los Juegos Olímpicos de 2024, con el argumento de lo mal que estaban las finanzas municipales; de la larga historia de corrupción en las obras públicas; y de la infiltración de las mafias. A juicio de Bottura, lo que había que fijarse era en la exitosa ´Expo´ de 2015 de Milán, donde él mismo había colaborado cocinando la comida sobrante, algo que por cierto se había repetido en los Juegos de Río, dando de comer a las personas de los barrios pobres. El cocinero, de 54 años, se mostró hastiado de la atmósfera violenta que, según él, reina en Italia, donde los italianos se pelean ´por un aparcamiento o por un capuchino en la barra de un bar´. Y añadió: ´A veces ya no reconozco a mi país´. 

Pero no todos los personajes relevantes de la sociedad italiana apoyan a Matteo Renzi, ya que en contra de la reforma están, por ejemplo, el actor Toni Servillo (protagonista, por cierto, de varios filmes de Paolo Sorrentino, que, como decimos, está a favor del ´sí´) y el nonagenario escritor siciliano Andrea Camilleri, autor de la serie sobre el comisario Montalbano. En relación con ello, Camilleri ha formulado uno de los juicios más severos hacia Matteo Renzi y sus planes, calificándole de ´jugador temerario y arrogante´ que promueve “una reforma chapucera”.

Sorprendentemente, el que cree que tiene posibilidades para volver a ser Primer Ministro es Silvio Berlusconi. A pesar de tener ya 80 años y de haber pasado por una operación a corazón abierto, el líder de Forza Italia no esconde sus ganas de protagonismo. Sin ir más lejos, la semana pasada (14-20 de noviembre), vapuleó la carrera de Matteo Salvini, secretario de la Liga Norte, negándole su apoyo, al tiempo que frenaba las ambiciones de Stefano Parisi, ejecutivo y antiguo candidato a la alcaldía de Milán, que el propio Berlusconi había elegido para elaborar el proyecto político de un nuevo centroderecha en Italia. Dijo Berlusconi: ´Hoy solo hay un verdadero líder en la política italiana y es Matteo Renzi´. ante el asombro de sus partidarios. Para después añadir: ´Espero encontrar un heredero, pero hasta ahora no lo he encontrado. Había apostado por alguien, pero luego ha cambiado de bando´, en clara referencia a Angelino Alfano. Lo que quiere decir que, si Renzi cae, Berlusconi sería quien lideraría a la derecha italiana en las negociaciones sobre el futuro político del país, sabiendo que sus parlamentarios (tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado) son fundamentales para la configuración de un nuevo Gobierno. Pero, claro está, para eso será necesario que Renzi pierda el ´referendum´ y dimita, y además que Mattarella, Presidente de la República y viejo enemigo suyo, esté dispuesto a encargarle formar gobierno o prefiera convocar elecciones. Lo que está por ver.