La reforma electoral llega al Senado italiano
En realidad, Renzi se juega en este asunto una parte muy sustancial de su futuro político. Debe recordarse que maniobró para hacer caer el Gobierno Letta con el fin de acelerar las reformas y de que la realidad económica cambiara, pero la realidad es que el país sigue en recesión, no hay todavía nueva electoral que sustituya a la tristemente conocida como ´porcata´ (en realidad se le llama Ley Porcellum), y tampoco ha terminado de transformarse el Senado en Cámara de las Regiones, con lo que el llamado ´bicameralismo perfecto´ sigue plenamente vigente.
Eso no quiere decir que los ya casi once meses que lleva Renzi como Primer Ministro no hayan sido ampliamente productivos. Se hizo una importante reforma administrativa, se redujo el gasto público, se inició el camino hacia una reforma laboral, se dio el primer paso para la eliminación del Senado tal y como ahora lo conocemos, y los indicadores económicos redujeron sensiblemente la caída del PIB registrada a lo largo del año 2013 (se ha pasado de un -1.9% a un -0.4%). Pero el problema está en que, además de que Italia comienza ya a resentirse gravemente de tantos años de parálisis económica (los jóvenes siguen marchándose en busca de un futuro mejor), Renzi necesita todo un golpe de autoridad para lo que será el siguiente paso: lograr que las diferentes fuerzas políticas apoyen a su candidato para la presidencia de la República.
Hasta el momento, el político toscano ha conseguido sacar las mayorías en el Senado (en la Cámara de Diputados hasta le sobran votos) con el apoyo del partido de Berlusconi (Forza Italia). Pero el tema es si ahora, en el momento decisivo, Berlusconi va a seguir apoyando a Renzi o, bien por el contrario, le va a dejar caer. Parece más lógico que haga lo primero, ya que a Berlusconi lo que más le conviene para seguir teniendo protagonismo en política es que el actual Primer Ministro siga en el cargo. Debe recordarse que en las pasadas elecciones europeas Forza Italia se dejó casi la mitad de los votos logrados en las generales de febrero de 2013, y no parece que vaya a ser capaz de mejorar estos resultados. Y menos aún cuando le ha salido un rival por la derecha, el eurodiputado Matteo Salvini (perteneciente a la Liga Norte), quien, como Renzi, es otro político en alza y sobre todo mucho más joven que Berlusconi (se llevan casi cuarenta años de diferencia).
Si Renzi consigue finalmente sacar adelante la reforma de la ley electoral, entonces tendrá mucha más fuerzas para poder imponer su candidato a Presidente de la República. Pero, si no lo logra, será difícil que su gobierno pueda durar mucho más tiempo. Esta semana, como decimos, el desenlance de este enrevesado asunto.