La dramática crisis eléctrica en Venezuela
Chávez afirmó que "si alguien tiene la culpa de la crisis eléctrica son los escuálidos, que gobernaron 50 años y no hicieron nada para que el país tuviera estructuras adecuadas para el tema eléctrico". Lo cierto es que durante la segunda mitad del siglo XX Venezuela era el país latinoamericano que había proyectado y ejecutado mejor un plan de desarrollo eléctrico, y que su gobierno había echado al cesto de los papeles los proyectos existentes, necesarios para conservar en niveles óptimos los logros del sistema y las proyecciones del consumo por razones del crecimiento demográfico. Recordaron que era justamente Rodríguez Araque, quien ejerció el Ministerio de Energía al inicio del régimen, el responsable principal de que se hubiese paralizado la realización del plan encontrado al recibir el despacho. El ex ministro José Curiel refutó las afirmaciones de Chávez de que los gobiernos democráticos no hicieron lo suficiente para mejorar la infraestructura eléctrica. Dijo que de las 99 represas que tiene el país, 81 fueron construidas entre 1960 y 1998, varias para generación eléctrica. En 11 años Chávez apenas inició la construcción de dos, y todavía no las ha terminado. La causa de la crisis según Curiel es la precariedad en las inversiones de mantenimiento, al punto de que en los últimos 4 años se incorporó apenas el 30% de los 5.500 MW que debían añadirse a la red nacional, con una decena de proyectos retrasados o paralizados. Señaló las dos centrales hidroeléctricas y las cuatro plantas termoeléctricas, cuyo atraso en la construcción es notorio. En Barinas, de donde es nativo el presidente, la planta hidroeléctrica inconclusa no ha podido comenzar a producir energía.
Según coinciden expertos tanto gubernamentales como opositores e independientes, Venezuela podría ver desconectado de un día para otro más del 40% de su energía eléctrica, "cuando ya no llegue suficiente agua para mover las turbinas del complejo hidroeléctrico del Guri, el mayor del país, y cuyo nivel de embalse se reduce a razón de 12 centímetros por día". Las turbinas del complejo se detendrán cuando el nivel de la represa baje de la cota crítica de 240 metros sobre el nivel del mar, y podrían permanecer detenidas por meses, advirtieron especialistas e informes oficiales.
La estatal Corporación Eléctrica Nacional, en un reporte de diciembre, advirtió que "estaríamos enfrentando una severa crisis energética en 120 días, llevándonos a un colapso eléctrico nacional". La emergencia ha obligado al Gobierno a ordenar cronogramas de recortes en todo el país. Los recortes resultaron tan impopulares que el Gobierno los suspendió en Caracas, pero elevando las tarifas en tal forma que para numerosos centros comerciales e industriales la alternativa puede ser el cierre y para la clase media de las zonas residenciales impagables, al menos para un 80%. Los economistas opinan que el recorte puede producir un impacto negativo del 20% del PIB. Los empresarios advierten que se verán obligados a cerrar sus puertas, lo cual generará efectos en el abastecimiento de rubros de consumo y en el empleo. "Una potencial debacle no tiene remedio inmediato e impondrá tremendos sacrificios". El tema constituye un duro impacto político para el Gobierno por los efectos en las elecciones parlamentarias de septiembre.