La crisis de PDVSA
PDVSA dejó de ser una compañía específicamente petrolera para convertirse en financiadora de los programas sociales de Chávez, de su política internacional y de las campañas electorales, deformación que llegó a extremos en la del referendo del 15 de febrero. Tanto que los periodistas de la prensa mundial se sorprendieron al presenciar caravanas de vehículos que recorrían ciudades con el logo de la empresa, adornados con gigantescos afiches de Chávez. La crisis de PDVSA se está convirtiendo en talón de Aquiles para el régimen. Sus misiones cono Barrio Adentro, Vivienda y Mercal son víctimas del déficit fiscal. Los beneficiarios de las misiones han sido el músculo político de Chávez. Se encuentran en la calle, en diarias manifestaciones de protesta exigiendo que las misiones cumplan su papel. El presupuesto de Mercal es tan precario que cada día decrece el suministro de alimentos a precios subsidiados. Barrio Adentro se desintegra, en parte porque Cuba alega que su personal médico tiene que irse a Bolivia y en parte porque los pacientes consideran que el servicio que han dado no es satisfactorio. Vivienda carece de recursos para construir las casas prometidas por el presidente, algunos partidarios han podido hablarle para denunciar que siguen viviendo en ranchos. El presupuesto actual no prevé los sueldos en la administración pública ni el pago de las pensiones del Instituto de los Seguros Sociales. La pregunta es cuál será la reacción de la población más necesitada al notar que el Gobierno no puede solucionar sus problemas de alimentación, salud, vivienda, y en general de lo prometido por el presidente. No exageran quienes auguran estallidos sociales, alimentados por la propaganda oficial de que el país tiene como enfrentar la crisis y garantizar el cumplimiento de las políticas sociales, especialmente las misiones.
El 1 de mayo, como es su tradición, Chávez decretará aumentos de sueldos. Los trabajadores piden un incremento del 40% en toda la escala salarial, para compensar parcialmente la magnitud del alza de los precios al consumidor. Según los cálculos de Finanzas el incremento no puede exceder el 30%. Es evidente que el aumento tendrá que ser satisfecho con nuevos impuestos, devaluación de la moneda o emisión de dinero inorgánico. Recurrir a los mercados internacionales de crédito sería inútil pues el índice de riesgo ha llegado a su máximo histórico. Cualquiera de esas medidas, u otras similares, suponen más inflación, y por ende afectan a la capacidad adquisitiva de la población. El Gobierno exige que se prorrogue la discusión de contratos colectivos, lo cual no aceptan quienes trabajan en los servicios públicos. Realizan frecuentemente manifestaciones de calle y amenazan con huelgas. Como una paradoja, son los obreros petroleros los más estruendosos en sus reclamos, pues a ellos se les había incrementado el salario en 56%. El rector de la UCAB dice que Chávez sabe enfrentar dificultades, trabajar incansablemente y aferrarse al poder, pero no sabe gobernar. Es la tragedia del país.