Juan Pablo II: una pasión por Cristo y por el hombre
Destacó cómo Cristo estaba presente y determinó la vida de Juan Pablo II, y a partir de allí mostró a través de su propia vida cómo esto genera una humanidad nueva y fascinante. "Los dos misterios, el de Cristo y el del Hombre, se abrazan y se unen, porque el misterio del hombre sólo se comprende y se esclarece en el misterio de Cristo". Ya desde su primera encíclica, Redemptor Hominis, se constató esta apuesta total por Cristo: "El redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia".
Luis Enrique Marius, director general del CELADIC, testimonió cómo encontró a en Juan Pablo II a un hombre que, partiendo de esa pasión por Cristo, fue hasta el fondo de los problemas y necesidades de todos los hombres, de manera especial de los trabajadores, identificándose con su experiencia de joven como obrero en Polonia. "Aún resuena en mis oídos, y continuará presente, su convocatoria permanente a la lucha por la verdad, por la justicia. ‘Coraje, no tengáis miedo'. Se lo escuché varias veces personalmente con esa sonrisa sincera y llena de certeza".
El moderador, Alejandro Marius, concluyó leyendo un fragmento de una carta que Juan Pablo II escribió con ocasión del 30 aniversario de Comunión y Liberación, en 1984: "La experiencia cristiana (…) engendra una presencia que pone en cada una de las circunstancias humanas a la Iglesia como lugar donde el acontecimiento de Cristo (…) vive como horizonte pleno de verdad para el hombre".