Hilos de una misma trama
El pueblo sigue siendo"cristiano" y se mantiene ajeno a los grandes debates culturales. Pero eldesgaste es ya visible. Los problemas sociales se acrecientan, y una fe muchasveces reducida a costumbre parece incapaz de alumbrar y responder. En estecampo hosco y plomizo crecen sin embargo innumerables semillas. Nuestrasprotagonistas encarnan dos de ellas que llegan a nuestros días.
Carmen González queda viuda a los47 años en su Antequera natal. Arde en deseos de "enseñar a las almas a conocery amar a Dios". Abre en su propia casa una pequeña escuela en la que recibe aniños pobres de recursos, sin formación humana ni cristiana. Empieza la aventura. Prontose le unen otras jóvenes del pueblo atraídas por la potencia de su fe. Es elgermen de las Franciscanas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Cincoaños después rompen el cascarón y la Madre Carmen sale de su Andalucía del alma.Primero a Valladolid donde se hacen cargo del Hospital de San Miguel a peticióndel Ayuntamiento. Y al año siguiente llegan a una Cataluña en plena ebulliciónindustrial. Se las reclama para enseñar a los hijos de los labradores y de losobreros, en Tiana y Mataró respectivamente. Después, en Barcelona, abre undispensario para curar a los hijos de obreros que padecen enfermedades. Hastacinco comunidades quedaron establecidas en Cataluña en vida de la Madre Carmen, que fuebeatificada en 2007.
Si bien se mira la peripecia essingular. Una andaluza no demasiado metida en letras y en edad ya bien madurapara la época, arrostra la inesperada tarea de fundar en una región alejada portemperamento y geografía. Lejos de sentirse extraña trabaja y construye sobrecimientos sólidos. Todos recordamos, por ejemplo, la presencia de Benedicto XVIen la obra del Nen Deu en Barcelona, que atiende a discapacitados físicos y síquicos.Las animosas monjas que allí pudimos ver son hijas de esta cepa trasplantada dela malagueñaAntequera, que echó raíces profundas en tierras catalanashasta hoy.
Quizás se cruzaron, inclusofísicamente, sus caminos. Carmen Sallés, que será canonizada el domingo porBenedicto XVI, forjó su personalidad en la Cataluña profunda y piadosa de reciatradición cristiana y gran impulso creador. Inquieta de carácter y con unamente especialmente despierta, intenta muchos caminos. Se anticipa a lostiempos fomentando una formación integral de las mujeres de su entorno parafacilitar su protagonismo genuino en la sociedad y en la Iglesia. Su modelo es la Virgen Inmaculadaen la que identifica el genio femenino que debe aflorar en cada mujer.Cumplidos los 44 años se perfila la idea que se ha ido gestando en su espíritu,una nueva fundación, las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza. Perocuriosamente será aprobada y dará sus primeros pasos lejos de su Cataluñanatal, en Burgos, cabeza de Castilla. Entre 1892 y 1907 abrirá once colegios,escuelas dominicales para adultos y residencias femeninas. Catalana hasta lamédula, hubo de empezar la siembra en otras tierras de España.
Si la Madre González subíahacia el noroeste con sus fundaciones, la Madre Sallés bajabahacia el centro y sur de lapenínsula. En pocos años la ConcepcionistasMisioneras de la Enseñanza y las Franciscanas de los SagradosCorazones se habían asentado en diversas regiones españolas y pronto cruzaronel Atlántico para seguir su obra en los países de América. Dos historiasentrelazadas que hablan mejor que muchos discursos de lo que ha sido la génesiscotidiana de la convivencia en España, su aliento profundo y su vocaciónuniversal.