Elegir entre Dios y riqueza
Más allá del subsiguiente discurso en donde nos advierte de la peligrosidad de un cierto materialismo, "cuando la sociedad invierte toda su exigencia de significado en el dominio material, se empieza a estrangular la propia vida de los ciudadanos"… ¡finalmente llegamos al punto! Es cuestión de convivencia.
Me parece que el asunto no está en la posesión o no de los bienes materiales. En principio todo el universo me pertenece, o lo tengo en arriendo. El asunto principal es que ubique mi quehacer en el dominio y justifique mis actos por mi prosperidad. No soy más por acumular, como no lo es menos quien nada posee.
Dicho de otra manera, ser pobre pero anhelando lo que otros tienen no me hace más cristiano y suponer que poseyendo soy más o merezco más es un absurdo.
Sólo el amor nos justifica.
Dios lo da y Dios lo quita… ¡Alabado sea el Señor!