El único objetivo no es sacar a Sánchez de la Moncloa
¿Qué importancia tienen estas elecciones municipales en Cataluña?
Con excepción de las correspondientes al Ayuntamiento de Barcelona, y quizá el de Tarragona, las veo con muy pocas expectativas de interés por parte del electorado. Creo que será más de lo mismo, con menor movilización.
¿Qué supondría un cambio en el Ayuntamiento de Barcelona?
El cambio eficaz y óptimo sería volver a la búsqueda sincera de un amplio consenso para decidir cómo afrontar los problemas que nos afectan y nos van a afectar dentro de algún tiempo. Así, por ejemplo, la seguridad ciudadana, la prestación de mejores servicios sociales, eliminar el gasto público de subvenciones guiadas por interés ideológico, la indefensión ante los okupas o la restricción del agua. El afianzamiento de una mentalidad abierta e integradora en toda la gran área metropolitana barcelonesa.
Descabalgar de la alcaldía a Barcelona en Comú, que -no se olvide- ha gobernado junto al PSC, va a depender del juego de intereses partidistas que se desplegará tras los resultados del 28M. En este sentido, no soy optimista. Volverá a ganar el establishment. Recuérdese que Manuel Valls le dio a Ada Colau un cheque en blanco, a cambio de nada, para que gobernara en lugar de ERC. Y luego no tardó en volver a París.
¿Es correcto plantear las elecciones de mayo como un plebiscito sobre Sánchez?
Yo no encuentro deseable ni adecuado enfocar contra Sánchez las próximas elecciones locales, a pesar de lo funesta que es para la convivencia en España su frivolidad, su incoherencia y su sistemático mentir. ¿Por qué? Porque hay que analizar en cada caso lo mejor para la ciudadanía, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, región por región. Y todo el mapa es muy variable y nada homogéneo.
Será necesario reemplazar los ‘malos gobiernos’ allá donde se hayan dado, pero ¿no es también urgente recomponer los vínculos sociales y superar la polarización?
Es así, como usted dice. Y los ‘malos gobiernos’ locales no son todos, claro está, socialistas. ¿No le parece? Es urgente superar la polarización partidista en que estamos envueltos, y que nos instala en la disgregación, la tensión y el enfrentamiento estúpido; consentirla, nos lleva al desgarro y a la insensatez.
Los partidos tienen urgencia por conseguir que los ciudadanos tomen posición. Quieren que nos situemos en el mapa con rapidez. Vivimos una política geográfica, de espacios. La política reducida a posiciones (derecha-derecha, derecha, izquierda, izquierda-izquierda) facilita el estado de conflicto permanente. ¿Qué puede servir para evitar esto?
Claro, los partidos sólo piensan en tener poder. Y nos atracan de distinta forma, con falacias y delirantes dilemas. Ya dijo Ortega y Gasset que ser de la derecha como ser de la izquierda es “una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil”. Lo que importa es salir de los tópicos, plantear bien los problemas y sacarlos adelante, siempre con una perspectiva personal, la que nos hace ver a todos los seres humanos como personas.
Vivimos lo que algunos llaman la dialéctica de contrarios, germen de desconfianza y enfrentamiento. ¿Cómo se podría superar esta forma de acercarnos al otro?
Con respeto y amor por la verdad, la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos, sin distinción alguna. No se superará esta situación si el único objetivo es sacar a Sánchez de la Moncloa, para lograrlo algunos piden otro cheque en blanco y hablan de voto útil (útil para ellos, claro). De proceder según esta consigna nos aseguraremos la frustración y la siembra del sectarismo. A mi entender, importa que un partido puente como Ciudadanos se rehaga y pueda remontar, para ello no debe desaparecer; y esto es lo que querría la entente PSOE-PP, y por supuesto los separatistas.
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